Reseña del libro “Comida de domingo”, de José Luís Peixoto
En Comida de domingo, el escritor portugués José Luís Peixoto nos traslada a su país natal para narrar la vida del empresario Manuel Rui Nabeiro, fundador de Delta Cafés. No obstante, no nos encontramos ante una biografía al uso, sino de un repaso por los recuerdos del señor Rui a lo largo de toda su vida en la víspera de su 90º cumpleaños. Maravillosamente bien hilado, la pluma de Peixoto nos sumerge en la memoria de Nabeiro pero también hace un retrato de Portugal y de su siglo XX.
A la tercera va la vencida. Con esta expresión me refiero a que finalmente he encontrado una novela portuguesa contemporánea que me ha gustado muchísimo. Previamente había leído en el idioma original a Afonso Cruz con su novela Flores (autor muy laureado en el país luso) y ha sido simplemente la peor lectura que llevamos de 2023, así como el año pasado también intenté leer Lola de Cátia Vieira y la abandoné. De manera que estaba absolutamente decidida a seguir intentándolo, ya que tomo clases de portugués y me encanta nuestro país vecino. Y al fin y al cabo, conocer un país también supone hacerlo a través de su literatura. Hasta que ha llegado a mi vida literaria José Luís Peixoto.
Como he mencionado anteriormente, en esta novela que tenemos entre manos, el autor hace una inmersión en la vida del empresario Manuel Rui Nabeiro a través de su vida. Figura conocida en su país, en la narración Peixoto nos presenta durante un mosaico de recuerdos del empresario, igual que la relación con su mujer Alice, con la cual lleva toda la vida compartiendo camino, sus hijos, sus padres y la escasez que sufrió en su infancia, el trato con los vecinos de su pueblo Campo Maior, la fundación de su empresa… El perfecto retrato del siglo pasado de Portugal, la influencia de la Guerra Civil Española, el contrabando en la frontera, el crecimiento económico.
En realidad, en esta novela no es importante lo que cuenta sino cómo lo cuenta. Está bellamente escrito, supongo que por mis experiencias algo negativas con las novelas mencionadas, iba con pocas expectativas y esta lectura ha sido una grata sorpresa, ya en la primera página me di cuenta de que me encontraba ante un libro que me iba a gustar muchísimo. Es tierno, actúa como un bálsamo, una pluma llena de nostalgia, en muchos momentos no pude evitar pensar en mi propia familia, en los que ya no están, en la pérdida. En el legado que dejamos a nuestros seres queridos y en la memoria. Respecto a ello, destaco el siguiente fragmento:
“¿Qué rostro tiene una persona? Al final de su vida, entre todos los rostros que ha tenido, ¿cuál es el rostro que realmente la representa? ¿Será el último rostro, por haber sobrevivido a todos los demás, el más válido? No le costaba encontrar argumentos contra esa idea.”
La memoria y el recuerdo. Echar la vista atrás al pasado para ser conscientes de nuestro presente. Permaneceremos vivos mientras nos recuerden.