No me gustan esas colecciones que parecen exclusivamente orientadas a las mujeres, pero qué queréis que os diga, fue leer Comida sana para chicas con prisas y sentirme identificada. Y sí, sucumbí. Pero no me arrepiento en absoluto, porque Georgina Gerónimo y Mar Armengol han escrito un libro divertido que me va a ser la mar de útil.
Yo nunca he mirado lo que como ni me he preocupado de si engordaba o no, pero soy consciente de que hay que comer bien, sobre todo, por salud. Y a medida que cumplo años, me va importando cada vez más. Pero no tengo tiempo (ni ganas ni conocimientos profundos, para qué negarlo) de meterme durante horas en la cocina. ¡Y eso que trabajo en casa! No me quiero imaginar a los que trabajáis fuera… Así que esperaba que Comida sana para chicas con prisas fuera un libro sencillo y directo que me diera unas cuantas ideas para innovar de vez en cuando. Y, por suerte, he encontrado eso y mucho más.
Para empezar, Georgina Gerónimo y Mar Armengol se ponen teóricas, pero con toda la gracia del mundo, para explicarnos conceptos como el sistema nervioso enterico y la hormona grelina. Yo, que soy de letras, nunca había oído hablar de ellos y han sido todo un descubrimiento, porque tienen mucha importancia en nuestro día a día y en esos antojos que nos dan sin venir a cuento.
Hechas las explicaciones básicas, las autoras nos dan trucos de lo más variados, que van desde saber detectar cuando los alimentos llevan una cantidad de azúcar excesiva y conviene evitarlos, qué comer para obtener energía sin que ello implique sumar grasas, cómo conseguir que el pescado no se contraiga cuando lo cocinamos o que un filete grueso quede perfecto por dentro y por fuera. También revisan la pirámide nutricional, que en la actualidad tiene en cuenta muchos más aspectos que las cantidades de alimentos que consumimos, y aunque son hábitos que todos conocemos más o menos, nunca está de más tenerlos apuntados y a la vista para no olvidarnos de ellos.
En la siguiente parte del libro, Mar Armengol y Georgina Gerónimo nos sugieren unas cuantas recetas sanas, sencillas de hacer ¡y rápidas!, y otras más originales ¡pero también rapidísimas! Destaco el brownie en dos minutos, que seguramente sea la receta que escoja para aplicar los conocimientos que he adquirido con Comida sana para chicas con prisas (vale, seguramente es la receta menos sana del repertorio, pero las chicas por prisas que comemos sano también merecemos algún capricho).
Por último, nos dan pautas para que evitemos tirar comida y optimicemos el frío de la nevera. También nos adjuntan los calendarios de frutas, verduras, pescados y mariscos, para que los compremos siempre de temporada. Y no se olvidan de resolver uno de los grandes misterios de la cocina: para qué sirve todo ese utillaje de formas extrañas que vemos en la sección de Hogar.
Lo que Mar Armengol y Georgina Gerónimo nos cuentan es todo aquello que nos podían aconsejar nuestras madres y amigas, o que podríamos buscar en Google. Pero a veces ahorra tiempo tener toda esa información a mano, reunida en un solo libro. Y las que siempre vamos a contrarreloj sabemos lo importante que es eso. Así que hacedme caso y echadle un ojo a Comida sana para chicas con prisas. Da igual si sois hombres o mujeres, seguro que todos aprenderéis algo nuevo y os echaréis unas risas.