Si eres de los que piensan que se puede cambiar el mundo, más de una vez te habrán mirado con indulgencia pensando que eres un idealista adorable. Y si encima crees firmemente en conseguirlo sin violencia, lo más seguro es que se hayan reído de ti por ser tan iluso. Pero Srdja Popović no se burlaría, sino que te alentaría para que lo lograses. Porque él fue una de esas personas que decidió dejar la apatía a un lado y luchar para que su país fuera un lugar mejor, con la creatividad, la valentía y el buen humor como armas. Y lo logró. En Cómo hacer la revolución nos cuenta cómo aquel joven estudiante de biología que era él en los años noventa se convirtió en uno de los líderes de Otpor! (¡Resistencia!), el movimiento pacífico que derrocó al dictador de Serbia, Slobodan Milošević, y por qué actualmente sigue dedicándose a difundir el ideario del activismo pacífico a través del Centro para la Aplicación de Acciones Estratégicas de No Violencia (CANVAS).
La cita que aparece en la portada de Cómo hacer la revolución. Instrucciones para cambiar el mundo llamó poderosamente mi atención: «Srdja recurrió a la imaginación, la astucia y el humor para crear el movimiento que derribó a una dictadura brutal y se convirtió en el modelo para las insurgencias pacíficas de todo el mundo». Yo, que siento un gran rechazo por la violencia, necesitaba conocer esa historia, comprobar que hay una alternativa real al ojo por ojo, que actuar bien y vencer no es imposible. Y lo que he descubierto gracias a este libro es mucho más de lo que esperaba.
Popović no solo nos explica la situación de Serbia en aquellos años y cómo sus amigos y él se organizaron para instaurar la democracia en su país, sino que hace un repaso por los movimientos pacíficos que han logrado acabar con injusticias de toda índole. El resultado es un recorrido histórico muy instructivo a través de las historias de “pequeños” hombres como Gandhi, Martin Luther King o Harvey Milk, y de los activismos pacíficos más recientes que promueven sublevaciones por todo el mundo: la Revolución de las Rosas en 2003, en la que Georgia derrocó a su gobierno; la Revolución Naranja en 2004, con la que los ucranianos desalojaron a Kuchma; la destitución del autócrata local de las Maldivas en 2008 o cómo se gestó la Primavera Árabe.
Sabemos mucho sobre los conflictos armados, pero se da muy poca visibilidad a las acciones pacíficas. Sirva de ejemplo la cantidad de películas dedicadas a la Segunda Guerra Mundial y las contadas obras que toman como argumento la lucha no violenta. Este protagonismo de la violencia como forma de enfrentar el conflicto nos orienta a pensar que son estos procesos los que deciden los cambios de la Historia. Sin embargo, la Primera Guerra Mundial dio lugar a la Segunda Guerra Mundial, que a su vez desembocó en la Guerra fría, Corea, Vietnam, Afganistán y un largo etcétera de guerras que, desgraciadamente, no ha concluido. Pero Martin Luther King Jr. logró instaurar los derechos civiles en su sociedad y Gandhi, la independencia de la India y el fin del colonialismo. ¿Qué acciones, pues, han sido más efectivas? Como señala Popović, el activismo pacífico no es una cuestión de superioridad moral, sino una decisión práctica, y a través de su experiencia nos lo demuestra.
Cómo hacer la revolución es un libro que contextualiza algunos de los grandes conflictos que asolan el mundo y esto es indudablemente dramático, pero Srdja Popović lo enfoca desde su peculiar perspectiva, ofreciéndonos las anécdotas más curiosas y divertidas de lo que él denomina risactivismo: los polacos paseando todas las tardes con sus televisores para quejarse de la manipulación informativa o la manifestación de juguetes en Siberia para denunciar el fraude en los comicios rusos, provocando la hilarante situación de que el Gobierno prohibiera cualquier reunión no autorizada de objetos inanimados.
A través de sus instrucciones para cambiar el mundo nos enseña a vencer el miedo, a organizar un movimiento no violento y las técnicas necesarias para ganar la autoridad moral. En definitiva, consejos vitalicios para aplicar a todas las circunstancias de la vida, que demuestran que un solo hombre puede plantar cara al poder y que muchas personas unidas por un propósito son capaces de alcanzar pequeñas victorias e, incluso, cambiar el rumbo de la historia.
Cómo hacer la revolución. Instrucciones para cambiar el mundo es una lectura imprescindible para todos aquellos que quieren luchar contra las injusticias pero pensaban que no tenían herramientas para ello. También es necesaria para despertar conciencias y darnos cuenta de que el curso de los acontecimientos no es tan inevitable como nos lo pintan ni ningún poder, tan invencible.
Cómo hacer la revolución me ha hecho recuperar la esperanza en la humanidad al comprobar que el sentido del humor y la unión pueden vencer a las armas y el odio. Deseo que esas personas normales y corrientes que lo hicieron y lo hacen posible ocupen el lugar que merecen dentro de la Historia. Solo así los escépticos podrán convertirse en soñadores y, armados con una sonrisa, conseguiremos que la utopía de vivir en un mundo más justo se convierta en realidad.
Si Srdja lo logró, ¿por qué nosotros no?
Un libro magnífico. Sólo nos queda ponerlo en práctica.