Visitando la web de la librería Llera Pacios, he recordado que me inicié en la lectura gracias a la biblioteca de mi colegio, a la que me llevaron por primera vez con seis años. Dos años después comencé a ir a la biblioteca pública de mi localidad, de la que puedo decir que leí u hojeé todos los libros de la sección infantil (unos 3.000 títulos) antes de cumplir los 14. Y a partir de ahí comencé a comprar libros de segunda mano con la paga semanal que me daban mis padres. La biblioteca no me permitía satisfacer totalmente mi curiosidad lectora, y mis ansias por conocer más y más libros me llevaron a buscar las librerías de viejo donde poder comprar libros usados.
Como muchos bibliófilos, la necesidad de atesorar libros fue creciendo en mí. Si bien siempre me han gustado las novedades literarias, los libros descatalogados tienen un halo especial, una calidad literaria que los ha hecho superar el paso del tiempo, en algunos casos, joyas escondidas que no se podrían publicar hoy porque van contra las corrientes mayoritarias o el status quo actual, pero que sin embargo son de un valor intelectual incalculable, ya que nos permiten analizar la evolución de la literatura, la permanencia de muchos temas esenciales a la vida humana, que consideramos muy actuales pero que vienen de muy lejos.
Tampoco podemos negar el incalculable valor de poder leer los grandes clásicos de la literatura en ediciones que huelen a historia, recuerdos y pasado, y que sin embargo nos golpean con la misma fuerza que si sus autores siguieran vivos y nos hablaran directamente a nosotros. Habrá quien deteste los libros antiguos, pero para mí, leer el mismo ejemplar que han leído otras generaciones, me hace sumergirme aún más en la lectura, disfrutarla sabiendo que soy un lector más en una cadena que se extiende por el tiempo, transmitiéndonos a todos unas ideas y reflexiones, quien sabe si también queda algo de nosotros en cada libro que leemos y que pasa así a los siguientes lectores.
Pero de un tiempo a esta parte, cada vez paso más tiempo atareado y me resulta más difícil iniciar mis pesquisas en las librerías de viejo. Por suerte, Internet es una gran aliada y he dado con la librería Llera Pacios , una librería online de confianza en la que pasar el rato investigando, descubriendo las joyas que se encuentran entre sus estanterías virtuales, organizadas por materias al igual que si estuvieras allí viendo los libros. Se pueden buscar libros desde el año 39 a esta parte, o también tienen una sección de libros baratos, pero reconozco que donde más tiempo paso es en la sección de libros antiguos, donde podemos encontrar ejemplares de hasta el siglo XVIII , auténticas joyas de la edición que me tienen maravillado, y que he comenzado a coleccionar por el disfrute personal que me generan este tipo de libros. Además, es una librería tradicional, con un trato personalizado y una selección de libros realizada por personas, y no por robots y algoritmos creados para que compres sin pensar.
Si sois bibliófilos como yo, os aseguro que la visita os resultará muy satisfactoria. Y si no os habéis adentrado todavía en el mundo del libro antiguo, os invito a darle una oportunidad, os maravillará lo que estos libros descatalogados pueden aportar de nuevo a vuestras lecturas.
No conocía esta librería. Yo también soy un gran aficionado a buscar en librerías de viejo. Y también, como tú, tengo problemas de falta de tiempo lo que me hace acabar utilizando la web.