Si ya de por sí notas al escribir una reseña que vas a estar bastante solo a menos que estés hablando de un superventas, cosa que a mí me pasa poco, imagina si encima hablas de un libro que ya se publicó hace unos cuantos años. En esa situación me encuentro ahora mismo. Pero voy a hablar igual de él, porque como dije en una reseña anterior, los libros que reeditan, aunque muchas editoriales piensen que los reeditan para gente que ya leyó la primera edición, muchas veces acaban en manos de gente que todavía no los ha leído. Y esto es lo que me suele pasar a mí, como me ha pasado con Confesiones de una editora poco mentirosa, las memorias de Esther Tusquets, la fundadora de la editorial Lumen tal y como la conocemos y que reedita la propia Lumen en la celebración de sus 60 años de vida.
Nada más empezar a leer estas memorias, que por suerte no son tan “tochas” como suelen acostumbrar, sabemos del porqué de ese «tal y como la conocemos» que he usado unas líneas más arriba. Lumen ya existía antes de la llegada de Esther Tusquets. Era la editorial de un tío suyo, que solo publicaba algunos pocos libros religiosos (su familia fue muy religiosa), y acabó comprándola su padre, y poniéndola a ella, con poco más de 20 años, de directora. Fue ella quien lo empezó todo. Siempre con la sabiduría de acompañarse lo mejor posible, fue creando catálogo (concepto, ahora, en peligro de extinción), desde, en un inicio, lo infantil hasta, más tarde, lo adulto. Y en ese proceso de aprendizaje, de formación, de crecimiento, aparecen personajes que luego fueron, como ella, claves para el mundo literario en España. Por eso leemos tanto en estas páginas sobre Carlos Barral (el epicentro de la edición española en esos años), de Ana María Matute, de Anna Maria Boix, de Jorge Herralde, Carmen Balcells, Delibes o Cela (ver cubierta). Entre tantísimos otros más. Porque son poco más de 200 páginas pero mucho nombre y mucha anécdota y mucha carta. Y la rotundidad del editar como forma de vida.
La literatura, cómo no, es el pilar central de este libro. Leemos de su relación con muchísimos y muy grandes autores, pero también de su estrecha relación, tanto laboral como personal, con su hija, Milena Busquets; de las relaciones con colegas, de viajes conjuntos, de aventuras empresariales inauditas hoy en día. Es como una burbuja llenísima de cosas por contar que explota el día que Lumen se vende a Penguin Random House y ella es despedida. Entre medias: fiestas, noches muy largas, vermuts diarios en la editorial, reuniones que son cenas y copas y desayunos, viajes de, por y para libros, ferias y hasta encierros (como el famoso encierro en Montserrat). La gauche divine, la Barcelona de los 50, los 60 y los 70, la sala Boccaccio como punto de encuentro, la noche como hora establecida de reunión casi eterna. Porque ya son unos cuantos los libros leídos que tratan esa época y ámbito y en todos encuentras el mismo punto en común: la realización por parte del autor o autora, el darse cuenta súbitamente de que las cosas se acaban. Un día es la muerte de tu poeta querido, otro es la compra de tu editorial por un gran grupo, otro el fin de tu vida. El desencanto, como aquel documental de los Panero.
Lo que se cuenta en estas Confesiones de una editora poco mentirosa son las vivencias de, como ella misma se define, «una señorita finolis con ribetes de cursilería» que desde bien joven se encontró al mando de una editorial y, paralelamente al trabajo de Barral en Seix Barral y Herralde en Anagrama (y más tarde de su amiga Beatriz de Moura en Tusquets), creó unas colecciones que ahora son canon de muchos. Títulos imborrables. No habrá grupo que los consiga disolver. Porque de la mente es muy difícil borrar las cosas.
En definitiva, un libro con el que conocer anécdotas literarias que son la base de la gran mayoría de los libros de narrativa española que ahora leemos y que ahora pueblan las mesas de novedades, pero también un libro con el que tener una visión de lo que fue la edición y compararla con lo que ahora es; un libro para disfrutar, para celebrar, con fotos, risas y llantos, con Pablo Neruda, Carmen Martín Gaite o Gloria Fuertes, un libro rebosante de literatura. El libro de Esther Tusquets.