Lo que me gustan a mí las reinvenciones de los clásicos. Hace poco os hablé de la que Margaret Atwood había hecho de La tempestad, de William Shakespeare; también de la nueva versión que Sergio García y Lola Moral habían escrito sobre La bella durmiente. Y en esta ocasión os traigo la de otra fábula de los hermanos Grimm: El flautista de Hamelín.
Quizá os suene el nombre de Jay Asher. Es el escritor de Por trece razones, la novela en la que se basó la controvertida serie de Netflix. Menos conocida es Jessica Freeburg, escritora de literatura juvenil que siente predilección por leyendas y momentos de la historia espeluznantes (por lo que intuyo que me caería muy bien). Ambos autores han unido sus talentos para crear Corazón oscuro, junto al ilustrador Jeff Stokely. Y, en este cómic, han tratado de dar respuesta a todas las incógnitas que plantea la leyenda de Hamelín: ¿quién era ese misterioso flautista? ¿Cómo sabía qué notas tocar para apoderarse de la voluntad de ratas y humanos? ¿Qué hizo y con quién se relacionó durante aquellos días que pasó en Hamelín? ¿Solo por dinero llevó a cabo semejante venganza?
Hay muchas versiones sobre la famosa leyenda del flautista de Hamelín. La fecha de algunas fuentes se remonta hasta el año 1384 y la cantidad de datos que se han ido añadiendo y eliminando hace pensar que nació de una tragedia acontecida en un pueblo alemán, allá por el siglo XIII. Jay Asher y Jessica Freeburg han profundizado en qué pudo suceder en aquellos días. No han intentado darle base real a los poderes del flautista, pues lo suyo es la fantasía; sin embargo, han conseguido unos protagonistas creíbles, con matices, y una recreación convincente de la época y del día a día de aquel pueblo. Y todo eso en tan solo ciento cuarenta y cuatro páginas. Por ello, Corazón oscuro se disfruta desde la primera página y no se suelta hasta el final.
La leyenda del Hamelín es la excusa para abordar temas universales que van desde la injusticia y la marginación social hasta la esperanza de encontrar un lugar en el mundo. Eso la convierte en una bonita historia de amor, pero, a la vez, en una cruel venganza. Y por encima de todo eso está el homenaje a las palabras, a los cuentos. Maggie, la chica que aparece en la portada junto al flautista, inventa historias para soportar su realidad. Al igual que los autores de este cómic, Jay Asher y Jessica Freeburg, que modifican el final de esta conocida fábula para, quizá, volverla más justa. Si es que es posible algún final justo sin que se pierda la verdadera esencia de esta leyenda, que no muestra precisamente el lado más amable del ser humano.
Tendréis que leer Corazón oscuro para valorar vosotros mismos si ese desenlace es justo o no. Pero os aviso de que corréis el riesgo de fascinaros con esta leyenda, tanto de la reinvención de estos autores como de las mil versiones ya existentes. Y es que el poder del flautista de Hamelín seguirá seduciendo a los lectores por siempre.
Me pareció muy agradable la presentación del libro Corazón Oscuro ; Los alumnos se sintieron muy relajados al leerlo y con las imágenes, a todo color fue fantástico.