Corazones desatados, de Jorge Fernández Díaz
Un café humeante sobre el escritorio y la esperanza de que el teléfono no suene en ese momento. En el programa de radio del periodista argentino Jorge Lanata anuncian al Dr. Amor. Desde que descubrí que se trata del periodista y escritor Jorge Fernández Díaz, es el momento en que no estoy para nadie. El grupo de periodistas debate un tópico que anuncia el dueño de ese segmento. Fernández Díaz pronuncia las palabras con la velocidad apropiada que parecen –después de escucharlo- deberían ser pronunciadas. Él seduce desde la temática, desde su reflexión, desde ese conocimiento sobre las tan difíciles relaciones humanas atravesadas por el amor, el deseo y la pasión, con todas sus consecuencias. Fernández Díaz seduce con su tono de voz, sus preguntas a sus compañeros, su manera de expresarse para explicar los comportamientos de nosotros, los seres humanos. Es allí, después de varios días de fiel escucha, en que me seduce por completo y me conduce a querer leer el libro Corazones desatados, historias de amor de gente común por el propio Jorge Fernández Díaz.
En Buenos Aires, con sus millones de habitantes dando vueltas, nacen, se reproducen, sobreviven y mueren la misma o el doble de cantidad de historias de amor. Porque cada individuo, a lo largo de su vida, se cruza con distintas pasiones, con distintas relaciones, con distintos amores no correspondidos. Con tanto amor y desamor. Jorge Fernández Díaz- Fernández, lisa y llanamente en el libro- recopilo en su libro de 286 páginas aquellos sentimientos, aquellas actitudes y aquellos pensamientos, de gente común que cae bajo las garras del amor.
Las hay para todos los gustos: algunas sobre la amistad, también la amistad devenida en amor, los amores imposibles, lo que se cumplen, los que se desgastan, los fugaces. A veces hay más de una dentro de lo que parece una única historia. El libro regala pasiones, reflexiones, confusiones y sobretodo, una referencia a alguna situación que hemos vivido.
La narración es simple pero directa: dice lo que debe de decir con la medida justa de sentimientos y pasión que le permite la temática del libro. Hay una belleza en el vocabulario y en la forma figurada de explicar el torbellino de sensaciones que viven y sienten los personajes. Leer a este autor es saber que hay una familiaridad que te produce algo que ya conoces y es la calidad de escritura de muchos autores latinoamericanos.
Hay miles de libros con historias de amor dando vueltas. Yo misma había leído dos novelas del género chick-lit que me dejaron decepcionada por la falta de credibilidad y los clichés, además de su carencia literaria. Por el contrario, Fernández Díaz logró armar una colección de historias románticas con la calidad de un escritor talentoso que se distingue por el manejo de cada palabra, de cada oración y de cada párrafo.
El amor en la literatura ha sido analizado de todos los ángulos posibles e involucrando a personajes dispares. Pero, a veces, se necesita de un escritor hábil para regalar historias cotidianas y condensar el sufrimiento que día a día vivimos las personas de carne y hueso por ese sentimiento. Y si, Fernández Díaz, tenés razón: “el amor es muy puto”.
Rosario Arán
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