Voy a empezar esta reseña hablando un poco de mí. Cuando terminé bachillerato no sabía muy bien qué hacer con mi vida. Había varias carreras que me llamaban pero ninguna tanto como para que fuera capaz de responder a la pregunta de cómo te ves en diez años. Me gustaba escribir, pero pensé que aquello era más un hobby que otra cosa, y no podía dejarlo todo por escribir. Así que me metí en Derecho. Pasé unos cuantos años estudiando algo que llegué a odiar y trabajé otro par en un despacho donde no era feliz.
Estaba triste, porque aquel camino no era el que yo quería. Y estaba frustrada porque no tenía tiempo para hacer lo que realmente me gustaba: escribir y leer. Así que un día, cuando me ofrecieron un trabajo de administrativo al lado de mi casa, para el que no tenía que pasarme dos horas diarias en el coche y que no me quitaba más de ocho horas al día, acepté.
Ni me lo pensé. Cogí ese trabajo que nada tenía que ver con lo que había hecho hasta entonces. Muchos me aplaudieron, otros me llamaron loca. Pero, ¿sabéis qué? Desde ese momento no ha pasado ni un solo día en el que no me haya puesto a escribir o a disfrutar de un buen libro. Desde entonces, soy feliz.
El libro del que vengo a hablaros hoy me ha recordado mucho a aquella época, en la que en el fondo sabía lo que quería pero me daba miedo admitirlo. Me ponía excusas que conseguía creerme y miraba a otro lado cuando pensaba que estaba haciendo algo que no quería para llegar a un lugar al que no me apetecía llegar.
Si hubiera leído este libro hace unos cuantos años, mi vida ahora sería muy distinta. O no, quién sabe. Pero al menos habría hecho las cosas de otra forma, siendo consciente de que la única que se ponía barreras a sí misma era yo.
En Crece, Pedro Valladolid no habla exactamente de esto sino que nos da cinco claves para llegar a lo más alto profesionalmente. Si bien está pensado en un principio para empresarios o trabajadores que aspiran a promocionarse o a expandirse, cualquiera de nosotros —sí, tú también— podemos aplicarlo a nuestras vidas.
Yo no tengo una empresa, ni aspiro a tenerla. Solamente quiero escribir y escribir hasta que se agoten las ideas. Y, el día que se agoten, espero poder sacarlas de donde no las hay para continuar haciendo lo que más me gusta. Por ello, mientras leía este libro, me he fijado ese objetivo. Como veis, no hace falta tener una meta como la de ascender o algo por el estilo; basta con buscar algo en tu vida que quieras mejorar, un sitio al que llegar, para que este libro te sea útil.
Y, sin duda, lo será. Pedro Valladolid nos da las herramientas para que así sea, de forma que, por ejemplo, nos da tablas que podemos ir rellenando a medida que él lo indica. Lo importante es tener un objetivo claro —y esto parece fácil, pero es la tarea más compleja de todas—. Una vez que se tenga un objetivo (sobra decirlo, pero tiene que ser real, alcanzable), tenemos que analizar nuestra propia vida para ver cuáles son las cosas que no nos permiten llegar hasta él. Este también es un ejercicio complejo, porque es mucho más fácil poner excusas que derribarlas. Hablaré de mi caso: mientras estaba en la carrera, siempre me decía que no tenía tiempo para nada, que no podía sacar media hora para escribir, que ya lo haría cuando terminara de estudiar. Pero ahora, analizándolo fríamente, me doy cuenta de que ese rato que perdía viendo un capítulo diario de cualquier serie que no me aportaba nada hubiera sido un tiempo perfecto para invertir en la escritura.
Pero bueno, está bien, tampoco podemos forzar la maquinaria. Hay que estar dispuesto y estar seguro de lo que queremos alcanzar. Por aquel entones me daba pánico escribir algo y no llegar a publicarlo jamás. Hoy, después de haber publicado un libro, he visto que tampoco es tan complicado, que si uno tiene ganas existen muchas vías para hacerlo y que, sin ir más lejos, quizás en un futuro no me apetezca publicar esa historia.
Pero eso es algo en lo que ya se pensará más adelante. Si uno quiere hacer algo, llegar a algún sitio, lo primero que hay que hacer es emprender el camino. Y eso lo explica muy bien Crece. Te abrirá los ojos si estás pensando en formar un negocio, te ayudará mucho si estás dispuesto a que te asciendan o incluso si tu meta es hacer crecer tu negocio. Te puede servir hasta para alcanzar metas que poco o nada tienen que ver con el mundo de los negocios; tal vez lo que quieras sea convertirte en una persona más deportista, tan vez quieras aprender un idioma en equis meses, o tal vez aprender una nueva habilidad. No importa lo que sea con tal de que tu objetivo esté siempre claro.
Antes de terminar os diré que aquí la organización es imprescindible. Este libro no está pensado para personas que esperan sentadas a que sus objetivos lleguen hasta ellas. Si tú estás pensando en mejorar tu vida, lo que tienes que tener claro es que no valen las excusas y que la organización es la base. Y no solo basta con tener una organización así, en abstracto. Tienes que tener una buena; es decir, una realista una que te permita manejar imprevistos —que existen, aunque queramos cerrar los ojos ante ellos— y que te ayude a llevar con rendimiento las horas del día. Y todo esto, claro está, no servirá de nada si no empezamos desde ya a saber diferenciar lo urgente de lo importante.
En definitiva, es un libro con el que he terminado muy contenta porque lo que en principio parecía que no estaba hecho para mí, me ha ayudado a tener claras mis metas y a analizar mi propia capacidad de trabajo. Y todo ello gracias a las palabras y métodos de Pedro que, junto a un sistema muy visual y entretenido en el que las metáforas y las fábulas tienen un papel muy importante, me ha hecho mirar mis objetivos con otros ojos.