Reseña del libro “Criaturas míticas de España. Cuaderno de campo”, de VV. AA.
Sí, lo reconozco: todo lo que huela a folclore llama poderosamente mi atención. Ya he reseñado por aquí libros de duendes, hadas, monstruos japoneses o mitología de todas las culturas, pero en esta ocasión me centro en el imaginario patrio con Criaturas míticas de España. Cuaderno de campo, escrito por Fermín Valenzuela Sánchez y Manuel Ángel Cuenca López e ilustrado por Gloria Cuenca.
El prólogo de esta obra lo firma Iker Jiménez, que resalta que “los griegos sabían que Mito, con mayúsculas, era mucho más verdad que la verdad. Era una verdad eterna teletransportada oralmente a través del tiempo (…) porque enseña valores y enigmas clave para la supervivencia”. Desde esta perspectiva, podemos abordar Criaturas míticas de España. Cuaderno de campo como una lectura antropológica en cierta manera.
Para establecer un hilo conductor que dé sentido al conjunto y que lo una de principio a fin, Fermín Valenzuela Sánchez y Manuel Ángel Cuenca López presentan a una niña, María, que lee un cuaderno que supuestamente escribió su abuela Mía cuando era pequeña y que en la actualidad está enferma de Alzheimer. A través de sus textos e ilustraciones, recorremos España junto a Mía y la Bicha de Balazote, conociendo cuarenta y una criaturas míticas que, unas más y otras menos, han ido cayendo en el olvido, al igual que los recuerdos de su abuela María.
Inaugura la lista de Criaturas míticas de España. Cuaderno de campo el Moro Mussa, justamente de mi tierra, pero del que no supe nada hasta hace unos años, jugando a La Fallera Calavera, un juego de cartas que reúne el folclore valenciano de ayer y de hoy. A este le siguen seres antopomorfos, zoomorfos, mixtos, incorpóreos e inclasificables. Seres que explican fenómenos naturales, a los que temer, de los que enamorarse o a los que pedir ayuda siempre y cuando se tenga buen corazón. Algunos se basan en personajes reales que se han convertido en leyenda. Otros siguen vigentes gracias a que se han incorporado a las fiestas populares o a novelas famosas como la Trilogía del Baztán. Otros tantos resultan especialmente curiosos porque son adaptaciones patrias a criaturas míticas por todos conocidas: el Busgosu recuerda al fauno, la muladona a la centáuride o el Lobisome al hombre lobo. No quiero pasar por alto la Santa Compaña, sin duda, mi ser mítico favorito, característica de Galicia, aunque adquiere distintos nombres según en qué zona de España estemos.
Si bien Criaturas míticas de España. Cuaderno de campo me ha resultado interesante porque menciona muchas criaturas fascinantes que desconocía, las explicaciones de Fermín Valenzuela Sánchez y Manuel Ángel Cuenca López, que suelen ocupar apenas una página, me han parecido demasiado simples; en ocasiones, no llegan siquiera a esbozar el origen y la razón de ser de la criatura. Así que, más que saciar mi curiosidad, la ha avivado. No obstante, la ilustración con la que Gloria Cuenca acompaña a cada criatura le añade un plus a la edición y, como libro destinado a niños y primer acercamiento al folclore patrio, cumple su papel.
Pues es una propuesta muy interesante. La anoto