A veces, la historia que hay detrás de la escritura de un libro es tan especial o más que el libro mismo. Ese es el caso de Crónica de una cacería de troles, que ya es de por sí un libro genuino, pues desde el momento de su lanzamiento se convirtió en una rareza literaria muy codiciada. Los ejemplares de su primera publicación, que vieron la luz allá por 1904, llegaron a muy pocas manos, al igual que su reedición de 1994 en formato facsimilar, de la que Ghost Story Press solo hizo doscientas copias, por las que han llegado a pagarse hasta 200 euros. No fue hasta 2016 que se tradujo al castellano y se amplió su difusión, gracias a Hermida Editores. Y es precisamente de esa última edición de la que os voy a hablar.
Además de incluir la novela gráfica escrita e ilustrada por James McBryde, la edición que Hermida Editores ha hecho de Crónica de una cacería de troles recoge la gran historia de amistad que hay detrás, relatada por uno de sus protagonistas, M. R. James. Voy a centrarme en primer lugar en la historia de amistad, ya que sin ella no puede entenderse el porqué de este libro ni qué lo hace tan especial. Para ello, nos hemos de remontar a 1893, cuando James McBryde ingresó en King’s College, donde M. R. James era profesor. A pesar de la diferencia de estatus y edades, James McBryde y M. R. James enseguida entablaron amistad. ¿Qué les unió? Su pasión por los relatos de terror y el folclore.
Esos intereses comunes los llevaron a viajar juntos. Uno de esos viajes fue a Dinamarca, durante el verano de 1899, y lo hicieron junto a un tercer compañero inseparable, W. J. Stone. Fue entonces cuando a M. R. James se le ocurrió la idea de Crónica de una cacería de troles: el viaje de tres aventureros (representaciones de ellos mismos) que llegan a Jutlandia para atrapar a un trol, con la intención de exponerlo en el museo de Fitzwilliam. A partir de ahí, James McBryde se encargó de escribir y dibujar esta historieta, llena de humor por la perfecta conjunción entre imagen y texto.
Por desgracia, tanto W. J. Stone como James McBryde fallecieron demasiado pronto, y esa es una de las razones por las que editar Crónica de una cacería de troles fue tan especial para M. R. James, pues con ella homenajeaba a sus dos grandes amigos. Pero ese solo es uno de los gestos hermosos que hizo M. R. James en memoria de James McBryde, y la presente edición de Hermida Editores da buena cuenta de ellos en «Noticia sobre el autor», de Óscar Mariscal, que se incluye en los anexos finales del libro, donde también aparecen una cronología de James McBryde y su obra y fotos de los tres protagonistas.
La novela gráfica que recrea la disparatada aventura de estos tres viajeros a la caza de un trol unida al relato de la amistad que la inspiró hace de esta edición de Crónica de una cacería de troles una lectura divertida y entrañable. Tal vez los ejemplares de Hermida Editores no estén valorados en 200 euros como aquellos facsímiles de Ghost Story Press, pero la sonrisa que dejan en los lectores no tiene precio.