Reseña del libro “Cuaderno de actividades para mentes viajeras”, de Raquel Piñeiro
«Nada desarrolla tanto la inteligencia como viajar». Emile Zola
Dublín. Ese fue el último viaje que había planeado justo antes de la pandemia. Billetes comprados, alojamiento reservado y ruta más o menos trazada (siempre se deja un hueco para la improvisación). Cinco días de desconexión total para mayo de 2020. La primera escapada del año que, por motivos obvios, nunca llegó a producirse. Y es que si hay algo que todos hemos echado de menos durante estos meses es viajar. Elegir el destino, preparar las maletas y comprarse una guía turística eran parte de mi rutina semanas antes del esperado inicio del solsticio de verano. Otro hábito de la añorada antigua normalidad al que me he tenido que desacostumbrar debido al obligado inmovilismo que nos ha traído esta maldita pandemia…
Precisamente, justo cuando empezaba el periodo canicular, cayó en mis manos Cuaderno de actividades para mentes viajeras. Después de Berlín. Itinerarios (una guía que me compré en 2012 para mi primera visita a la capital alemana, con unas ilustraciones impresionantes de Isabel Kreitz), era el primer libro diferente de la editorial que siempre me acompaña en mis grandes escapadas: Lonely Planet.
Al principio pensé que era similar a los cuadernos de actividades de otro de mis sellos de cabecera, Blackie Books. En cierto modo, no iba muy desencaminada; no me equivoqué. Cuaderno de actividades para mentes viajeras es un compendio de ejercicios de entretenimiento sobre viajes que van desde sopas de letras y sudokus hasta encrucijadas y misterios para resolver; todos ellos con diferentes niveles de complejidad y destinados al público adulto. De alguna forma, este también es un libro de pasatiempos diferente. ¿Por qué? Porque provoca que te estrujes los sesos recordando todos los viajes pasados, presentes y futuros de tu vida.
En mi caso, me he pasado más de veinte minutos intentando recordar cómo se llamaba el dichoso Parque Natural de Plitvice para resolver un acertijo de la sección “Viajes de la Naturaleza”. Mientras lo hacía, me acordaba de Dubrovnik, de Zagreb, de la Isla de Brac y de lo impresionante del paisaje de Croacia que descubrí en 2017. También me he parado más de lo que yo pensaba resolviendo “Tutti a Tavola”, una actividad en la que tenía que ordenar los platos tradicionales de la gastronomía italiana. Mientras intentaba resolverla, lápiz en mano, me acordaba de los paseos por Roma de 2008, de los helados de Giolitti y de las pizzas de Est! Est! Est! También me venían flashes de mi viaje mochilero por Sicilia en 2012 y salivaba solo con recordar los arancini del Mercado de Ballaró y la pasta con le sarde que disfruté en una terraza de Taormina.
Un viaje mochilero el mío similar (a pequeña escala) a la “ruta jipi” que empezaron Tony y Maureen Wheeler en 1972, que los llevó durante seis meses por medio mundo y que culminó con una guía llamada Across Asia, origen de la primera Lonely Planet. Así comienza este Cuaderno de actividades para mentes viajeras, con la anécdota de los creadores de esta editorial. Así, enganchando desde el primer minuto. Enganchada también me han dejado las ilustraciones de Bea Lozano, supercuidadas y llenas de movimiento, un complemento perfecto que acompaña a los textos de Raquel Piñeiro.
En conclusión, te recomiendo este cuaderno de actividades tanto si tienes una mente viajera como si no. Es una manera de hacer volar tu imaginación, de activar tu memoria de trotamundos, de trasladarte a múltiples destinos desde el sofá de tu casa, de entretenerte con sus más de 100 ejercicios, de demostrar tus habilidades y de ampliar tus conocimientos sobre geografía, historia, tradiciones y cultura.
Yo, entre pasatiempo y pasatiempo, además de divertirme, ya he marcado tres o cuatro destinos nuevos 😉.