Ya os he confesado alguna que otra vez mi predilección por Liniers. Lleva años acompañándome con sus tiras y sus personajes y sacándome mil sonrisas con sus historias. ¿Cómo no voy a quererle, eh? Eso de que para conquistar a una persona es muy necesario hacerla reír es totalmente cierto en este caso. A mí Liniers ya me tiene ganada, artísticamente hablando, desde hace mucho con su humor.
El último libro suyo que reseñé aquí fue Cosas que te pasan si estás vivo, publicado por Anagrama. En esta ocasión, Anagrama vuelve a contar con el dibujante argentino para su colección Contraseñas ilustradas con este maravilloso libro titulado Cuatro cuentos.
Sí, la pista es muy clara. En este librito Liniers nos ofrece cuatro cuentos inspirados en cuatro musas: Edward Gorey, Shel Silverstein, Tom Waits y Alfonsina Storni. Casi nada, ¿eh? Con semejantes inspiraciones normal que saliese un libro tan redondo como éste. Eso y la propia imaginación de Liniers, que también vale oro.
El primero de estos cuentos es Abajópolis, un cuento con rimas que nos presenta al señor Sombrero, quien, con el nuevo dinero que ha ganado decide emprender un viaje a Abajópolis. Todo será muy diferente allá abajo, como podéis imaginar. Una historia súper divertida y muy surrealista la que vive señor Sombrero por esos pagos. Muy en la línea de Liniers y su humor absurdo.
El secundo cuento, titulado Los peligros de caerse para arriba, Liniers vuelve a hacer gala de ese humor tan hilarante y extraño. ¿Imagináis lo que debe ser caerse para arriba? Pues no tenéis ni idea, ya os lo digo yo. Y mucho menos se os ocurriría pensar en toparos con Willy Fog en un su globo aerostático. Estas cosas solo pueden ocurrírsele a Liniers.
El tercer cuento es El inquilino y trata de un extraño ser que habita con la familia Manutius sin que estos puedan hacer nada. Pero el inquilino, aunque tiene sus cosas, es un ser agradable. A pesar de sus extrañas costumbres como pasarse la tarde entera leyendo etiquetas de mermelada. Sí, es un inquilino de lo más peculiar. Divertido, como todos esos personajes que salen de la imaginación de Liniers.
El último cuento es mi favorito porque me toca especialmente la patata. Dedicado a Alfonsina Storni, El viaje es un precioso homenaje a la maravillosa poeta. Un cuento lleno de poesía, delicado y tan dulce que dan ganas de perderse dentro de él.
Liniers es magia, ¿lo sabíais? Este tipo tiene un maravilloso don y Cuatro cuentos no es más que otra demostración de las maravillas que puede crear. Ojalá que no pare nunca. Queremos tanto a Liniers.
1 comentario en «Cuatro cuentos, de Liniers»