Cuentos para una Navidad, de varios autores
Cuentos para una Navidad es exactamente lo que su título anuncia; pero, si bien un libro así titulado puede resultar de mil maneras diferentes, éste hace honor a su título de una manera grandiosa.
Para empezar, entra por los ojos, como lo mandan los cánones del buen regalar: la edición, aunque sobria, es delicada y cuidada, en agradables tonos crema, negro y rojo, y el colofón de un lazo rojo que envuelve el ejemplar. Todo ello invita a una lectura sosegada y sin prisas. Después, le echamos una ojeada a la contraportada, y allí desfilan los nombres de los autores de los relatos contenidos en este libro, a cual más grande y merecedor de letras más doradas, tanto el palmarés español como el extranjero: Leopoldo Alas Clarín, Hans Christian Andersen, Francisco Ayala, Gustavo Adolfo Bécquer, Vicente Blasco Ibáñez, Antón Chéjov, Nikolai Gogol, O. Henry, Guy de Maupassant, Emilia Pardo Bazán, Benito Pérez Galdós, Robert Louis Stevenson y Oscar Wilde (también hay una breve leyenda popular japonesa). Merece destacarse la labor de los traductores, todos ellos reseñados al final del libro, gracias a los cuales se diría que H.C. Andersen, Chéjov, Gogol, Wilde y los demás autores traducidos escribieron estos relatos en español.
He dicho que se trata de un libro que invita a pararse, a leer con sosiego y con ganas de paladear bien cada párrafo, cada uno de estos cuentos. Y es que este Cuentos para una Navidad resucitará en algunos el recuerdo de aquellos volúmenes infantiles que proponían un cuento, una adivinanza, un pasatiempo o una fábula para cada día del año; volúmenes que fomentaban la curiosidad natural del lector a la vez que enseñaban a ser pacientes y a no hacer la trampa de leer más de un cuento cada vez. Pues aquí es lo mismo: todos los cuentos versan sobre la Navidad, de alguna manera, y cada uno tiene asignado un día del calendario navideño tal como se celebra en España. Empieza el día 23, con un guiño a la Lotería de Navidad, y finaliza el 6 de enero, Epifanía de los Reyes Magos.
Son relatos breves; el más largo, Nochebuena, de Gógol, se extiende durante 63 páginas. Un par son tan conocidos que se han convertido en cuentos populares, como es el caso de El gigante egoísta (Wilde) o El abeto (Andersen); pero la mayoría son relatos no tan conocidos entre el gran público, y por tanto capaces de sorprender a casi cualquiera.
El mayor valor de este Cuentos para una Navidad estriba en la naturaleza de esa sorpresa, pues puede calificarse como sorprendente, hoy día, encontrar un libro que depare el placer de leer literatura de verdad, contenida en formato tan sencillo como unos modestos cuentos navideños. Y es que estamos ante unos relatos extremadamente bien escritos, con el sabor de la literatura que se hacía en otra época ya pasada, a un ritmo más pausado, más moroso, y también más delicioso y más consciente de su propia belleza. Al mismo tiempo, la mayoría de estos autores despliegan un estilo realista –aun cuando incluyan elementos fantásticos o directamente surrealistas–, donde se encierran sutiles críticas a la sociedad, al régimen político, a la burocracia (genial y tristemente actual El rey Baltasar, de Leopoldo Alas), a la sociedad de consumo y al escapismo capitalista… Y de la crítica no se libran tampoco los cuentos orientados a la reflexión sobre la naturaleza humana y a la debilidad de espíritu, como en los ya mencionados El gigante egoísta y El abeto. Todo ello hace que estos Cuentos para una Navidad sean muy actuales, como sucede con la buena literatura, y que constituyan una excelente lectura en cualquier época del año.