Para entender nuestro presente es indispensable conocer nuestro pasado. Seguro que habéis oído esa frase alguna vez y, aunque es una gran verdad, no es fácil ponerla en práctica. ¿Quién no ha sufrido una aburrida clase de Historia o leído mamotretos que se limitaban a enumerar acontecimientos, personajes y fechas? Elías Serra y Salvador Bataller, profesores de Lengua y Literatura, son conscientes de lo difícil que es motivar a los alumnos y explicarles la forma de pensar de gente que vivió varios siglos antes que ellos. Por eso, han decidido hablar de la historia y la literatura española del siglo XIX con un enfoque fresco, no exento de rigor, a través de la vida y obra de los escritores más representativos de la época, recogiendo algunos de sus relatos breves en esta magnífica antología: Cuentos que cuentan.
Serra y Bataller captaron mi atención desde el principio con un ameno prólogo en el que repasan las principales vicisitudes históricas, económicas, sociales y culturales del siglo XIX, para ponernos en situación y presentarnos las dos etapas literarias de ese periodo: el Romanticismo (1808-1856) y el realismo (1856-1898). Además, antes de pasar a los relatos antologados, hacen una breve bio-bibliografía de cada autor: Ramón de Mesoneros Romano, Mariano José de Larra, Gustavo Adolfo Bécquer, Juan Valera, Benito Pérez Galdós, Emilia Pardo Bazán y Leopoldo Alas Clarín. Que nadie se asuste. Sé que más de uno tendrá prejuicios contra estos autores, cuando no odio visceral, por las malas experiencias estudiantiles vividas. Pero Cuentos que cuentan muestra su lado humano, a través de anécdotas, que nos hará verlos con otros ojos. Por ejemplo, la “romántica” muerte de Larra —fiel a su estilo literario— a la temprana edad de veintiocho años; el verdadero nombre de Gustavo Adolfo Bécquer, con mucho menos tirón, y los ánimos que le dio su tío al pronosticarle que nunca sería un buen pintor, sino un mal literato; la vida transgresora de Emilia Pardo Bazán, que abogó por el valor de la literatura escrita por mujeres, aunque sufriendo más de un tropiezo; o la fama de cacique literario de Clarín por su permanente cruzada contra la mala ortografía y gramática, dejando en evidencia a quien se le pusiera por delante.
Cuentos que cuentan es una excelente forma de perder el miedo a estos clásicos, comprobando que su estilo y su fondo no nos son tan ajenos como podríamos pensar en un primer momento. A mí me ha servido para descubrir a Ramón de Mesoneros Romano y su relato El Romanticismo y los románticos, tremendamente divertido, sobre todo desde la perspectiva actual, donde narra cómo su sobrino se hace gótico. He disfrutado del sentido del humor de Benito Pérez Galdós, parodiando la figura de un donjuán de cortos vuelos o satirizando la sociedad y el lenguaje a través de una rocambolesca batalla entre sustantivos, verbos y adverbios, que no tiene desperdicio ni ha perdido vigencia. Me he reencontrado con Bécquer y Pardo Bazán, cuyos relatos son siempre una delicia, y he leído, por fin, el mejor relato del siglo XIX, obra de Clarín.
Aunque esta antología está destinada principalmente a estudiantes y profesores, es también muy recomendable para lectores nuevos o experimentados. Una gran colección de relatos, tanto por su calidad narrativa como por su forma de contar la realidad del siglo XIX, con ese toque crítico y socarrón tan propio del carácter español. Tras su lectura os será inevitable rememorar la frase con la que comenzaba esta reseña, pues los cambios de aquel siglo fueron sin duda la antesala de nuestra sociedad contemporánea y nuestra actual forma de ver la vida. Y es que dos siglos no son nada, y la vigencia de estos relatos lo demuestra.