Reseña del ensayo “Cultos. El lenguaje del fanatismo”, de Amanda Montell
¿Te gustó la película del Joker? En la del 2019 el protagonista es Joaquin Phoenix, que vivió hasta los tres años en la secta de los “Hijos de Dios”, acusada de promover el sexo con menores. Allí lo llevaron sus padres “por amor” dicen, algo confundidos seguramente. Otro actor, Tom Cruise lleva años difundiendo las bondades de la Cienciología, a pesar de haberle arruinado la vida. Estos casos son solo la punta visible del iceberg. Hay muchísimas personas anónimas víctimas de sectas.
Yo soy bastante escéptica, sí, pero tengo mis limitaciones, lo reconozco. Por eso no puedo dejar de hacerme preguntas: ¿Cómo logran los cultos o sectas seducir y retener a sus miembros? ¿Qué personas son más vulnerables de caer en sus redes? ¿Daría yo el perfil? ¿Por qué? Además, si fueras víctima de una secta no serías consciente de que eres una víctima, ni siquiera serías consciente de que tu grupo es una secta. Pero entonces, ¿cómo reconocerlas? ¿Y qué son realmente las sectas? ¿Es una secta tu grupo de fitness o yoga? De todo esto trata Amanda Montell en Cultos.
Nadie pasa de golpe a ser víctima de una secta. Primero te atraen con “bombardeos de amor”, lluvias de atención y tratos personalizados; luego, te atrapan, inculcándote una forma de pensar y actuar a la vez que generan dependencia respecto al grupo o líder; y una vez que estás dentro, se aseguran de que no puedas salir, censurando el pensamiento crítico, amenazándote y haciéndote sentir culpable ante la sola idea de dejar a tu nueva “familia”. Conversión, condicionamiento y coerción, un proceso de tres fases, donde el lenguaje juega un papel fundamental. Amanda Montell echa mano de su formación como lingüista, para analizarlo en Cultos, que precisamente se subtitula: “El lenguaje del fanatismo”.
Para conseguir su objetivo, usan técnicas lingüísticas como hablar en términos de “nosotros contra ellos”, o también hablar “raro”, usando muchísimos términos técnicos, desconocidos para las personas de fuera o “no iniciadas”. Todos los cultos lo hacen: desde cultos suicidas como Heaven’s Gate hasta grupos de fitness como InterSati, pasando por grupos con esquemas piramidales como las empresas de Marketing Multinivel y similares, como Amazon. ¿Y cómo pueden lograr que te sientas dependiente del grupo y especialmente del liderazgo? Nuevamente, con técnicas como el “gaslighting lingüístico”, que consiste en hacerte dudar de tu memoria o cordura, o también con el uso de un lenguaje oscuro, haciéndote sentir confundido y de esta manera, más dispuesto a que te muestren el camino y por ello, dependiente.
¿Cómo consiguen que seas dócil? Mediante “clichés eliminadores del pensamiento”: expresiones fáciles de repetir, como “todo ocurre por una razón” o “confía en el plan”, cuyo objetivo es impedir o dificultar cualquier crítica. Además, usan un lenguaje emocionalmente cargado, para enmascarar aspectos desagradables de su ideología.
Cultos te invita a replantearte el mundo en el que vives, preguntándote si acaso muchos grupos a los que perteneces no son sino la nueva religión y los instructores, facilitadores o formadores, su clero. Por supuesto, no todos los cultos son peligrosos, y aquellos a los que vas tú, tampoco, ¿verdad?