«He metido la pata. He metido la pata hasta el fondo», eso es lo que pensé cuando empecé a leer Daily Butterfly 4, de Suu Morishita. ¿Por qué pensé así? Bueno, es que tonta de mí, cuando me topé con esa preciosa portada y ese título no me pude resistir, y no vi el número cuatro que figura arriba a la derecha.
El caso es que no he leído los capítulos anteriores, del uno al tres, y cuando iba a comenzar este capítulo cuatro me quedé a cuadros al darme cuenta de que al ser el cuarto episodio, seguramente me encontraría en mitad de algo que desconocía.
Pero… de pronto, se hizo la luz. Y es que está todo pensado para que, en ese caso, no nos sintamos más perdidos que un pulpo en un garaje. Digo esto porque la primera página fue mi salvación. En ella hay un resumen perfectamente elaborado que nos pone en situación: Suiren es la chica más guapa del instituto, pero es muy tímida y reservada, por eso todos los chicos suspiran por ella sin atreverse a acercarse, y la llaman «la flor inalcanzable».
Sin embargo, a Suiren le gusta Kawasumi, un chico popular que practica kárate. Y a Kawasumi le gusta Suiren. Pero… como los dos son tan callados, ninguno se atreve a declararse al otro. Hasta que un día, Suiren le pide a Kawasumi que le acompañe a casa después de acabar las clases…
Y ahí comienza este capítulo cuatro. ¿Qué pasará con esta pareja? ¿Se lanzarán y serán tan valientes como para compartir sus sentimientos con el otro? ¿O su timidez les separará?
Como veis, con un resumen tan completo, una ya se sintió más cómoda y relajada, dispuesta a continuar la historia de estos dos adolescentes. ¡No me digáis que no son tiernos! Yo me he derretido en cada página, porque Suu Morishita así lo quiere y ha puesto todo su empeño en que caigamos rendidos a sus personajes, sobre todo ante la pareja protagonista. ¡No pueden ser más monos!
Al contrario que en otros shōjos donde el chico va de sobrado y la chica es extra buena e inocente, aquí ambos son muy similares: guapos, tímidos y asustados. Los dos están enamorados pero se comen la cabeza continuamente pensando si habrán hecho bien, si deberían haber actuado de tal forma o qué habrá querido decir el otro con determinada frase.
De hecho, me ha encantado la importancia que se le da a los detalles: una mano, unos ojos a punto de llorar, una mirada triste, una mirada seductora, o una expresión que nos lo dice todo.
Todos estos detalles son los que han hecho que me transporte a mi época juvenil y adolescente. Una época llena de dudas, de miedos e inseguridades, donde todo importa, cualquier tontería, cualquier comentario. Una época en la que tenemos el corazón a mil y deseamos que el chico que nos gusta nos dedique una mirada, un saludo, una palabra. Pero luego no sabemos ni qué decir, ni cómo actuar, somos unos completos novatos en las relaciones amorosas.
Todo eso les pasa a estos dos, a Suiren y a Kawasumi. Su historia os endulzará, aunque también os sacará de quicio en algunos momentos —yo me he tirado de los pelos y les he gritado a ambos en determinadas páginas por no actuar como yo quería que actuasen—. Pero bueno, el que una historia nos vuelva locos por juntar a los protagonistas y lograr a toda costa que se digan lo que sienten es maravilloso y saca todo el romanticismo que llevamos dentro, ¿no creéis?
Y ya por último, si os gusta pintar, este manga incluye una hoja con dibujos de los personajes para que los podamos colorear a nuestro antojo. ¿Qué? ¿Pensábais que lo de colorear era algo exclusivo de los peques? Pues no. Es una idea genial que os relajará mientras leéis el libro y que ayudará a vuestra concentración.
En conclusión, Daily Butterfly 4, de Suu Morishita, es un manga bonito, divertido, inocente, tierno y plagado de mariposas que bailan dentro del estómago de los dos protagonistas. Un episodio que podéis aventuraros a leer de manera independiente, como he hecho yo, sin haber leído los anteriores, pues lo vais a disfrutar sin problema.