Si nos paramos a pensar, el número de cuentos de viejas e historias para niños que se pueden sacar de un tochazo como la Biblia, es infinito. Y no hay villano más malvado y bipolar que el Todopoderoso y Todocabronazo Dios. ¿A quién sino a Él casi le da un pampurrio cuando descubre que han cogido una manzana (no un saco, ¡una!) de su huerto, pero en cambio es capaz de ceder a su hijo en sacrificio para “salvar a la humanidad”? Normal, normal, no es. Y menos cuando tiempo atrás a la humanidad la sentenció a muerte enviándola un diluvio… Lo dicho, el término bipolar incluso se queda corto. Sádico psicópata se ajusta mejor.
Pero bueno, son las cosas que tienen los dioses y diosecillos, así que, va, a lo que vamos. Que si lees esto doy por sentado que has leído el tomo uno y no me voy a cortar un pelo en contarte cosas que ocurrieron en él. Habíamos dejado a Shrae, la contraparte de Noé, en su arca, siendo visitado por unos ángeles que creían estar ante Noé, y de los que se libra como buenamente puede sin sacarles de su error ni levantar sospechas. (¿Qué ángeles más ineptos, no?)
Este tomo se va a mover entre el convulso presente y los preparativos del hechicero para construir su arca antes del diluvio (¿si nunca antes había habido un diluvio, de dónde sacan el nombre?): el reclutamiento de voluntarios, la ocultación de la que será la verdadera tripulación… Algunos de los habitantes del arca oscura sobrevuelan la de Noé y hacen un descubrimiento que será lo que articule casi toda la historia. Y es que Noé es acechado por una bestia parda descomunal ante la que se ve obligado a hacer sacrificios.
Shrae tendrá que hacer algo. El pasaje de Noé ha de sobrevivir para que el hechicero y su familia sobrevivan también y para que los monstruos y bestias antinaturales a los que ha salvado tengan su comida también una vez cese la lluvia. Shrae es, por tanto, responsable de ambas arcas y no es nada fácil conservar el carnet de patrón de arca cuando ya se ha sufrido un motín y cualquier pequeña chispa es capaz de prender el fuego de otro como para encima tener que preocuparse de otra embarcación que no está ni a la vista. Con comunidades de vecinos como esta, ríete tú de La que se avecina.
Ese es el meollo de este segundo tomo, de este Dark Ark 2: Viejos dioses. Un número que sigue la estela de su predecesor, y en donde conocemos un poco más a ese opuesto de Noé y todo lo que está dispuesto a afrontar para poder salvar a su familia del diluvio divino, de la ira de su oscuro señor y de su propio pasaje.
Entretenimiento garantizado en una historia bien llevada, con unos personajes que filosofan de vez en cuando (pero sin excesos ni florituras que se hagan pesados) sobre la conveniencia de su misión, con un ritmo fluido y un dibujo y color muy satisfactorios y, como ya dije sobre el número anterior, llenos de luz y color. Tiene tal vez algo de ese gran cómic que es Lucifer, aunque este va por otros derroteros totalmente distintos, pero se le ven maneras, y eso es bueno.
Dark Ark 2 es un cómic que mantiene el nivel, que dosifica la intriga, el drama, la violencia y la acción con buen tino, cuya lectura se hace muy muy corta y muy muy larga la espera hasta el siguiente.
¿Este comic es algún tipo de secuela? La reseña deja ver que es muy interesante, ya lo anoté en mi lista de pendientes, me gustan estás temáticas cargadas de reflexión entorno a la moral religiosa y como la amoralidad de los personajes como Lucifer termina siendo sustentada racional y lógicamente.
-Gustavo Woltmann
Hola:
Es el segundo tomo. Dentro de esta misma reseña, pinchando en tomo uno, tienes la reseña del primero.