De cine y literatura 25: Kérity, la casa de los cuentos
Por Judit Rodríguez
La película: Kérity, la casa de los sueños
Director: Dominique Monfery
Año: 2009
País: Francia
Guión: Anik Le Ray, Alexandre Reverend
Ilustraciones: Rébecca Dautremer
Duración: 80 min.
A diferencia de lo que es habitual, la película de dibujos que presentamos hoy fue creada antes que el libro (que ya reseñamos aquí), y no después. De hecho, fue a raíz del éxito del film en Francia que se quiso adaptar al papel y llegar de este modo a muchos más niños. Y no es de extrañar, porque uno se queda embobado frente a la pantalla: la historia de Nat, el protagonista, es conmovedora, y las ilustraciones de Rébecca Dautremer, como todo lo que dibuja, actúan como imanes, maravillándonos a cada segundo con explosiones de luz y color.
Tanto en la película como en el libro, el pequeño Nat se ve sumergido en un montón de aventuras a fin de poder salvar la biblioteca personal de su recién fallecida tía abuela Eleanora, que vivía en Kérity, una bonita junto al mar. El mayor obstáculo que Nat tendrá que superar es el de aprender a leer en tan sólo unas pocas horas, ya que todos esos libros únicamente podrán seguir existiendo si Nat, su heredero, es capaz de leer una fórmula mágica. Sin embargo, aunque para el pequeño esto es muy difícil, Nat contará con la ayuda de un montón de personajitos entrañables, que son nada más y nada menos que los protagonistas de los cuentos, y más precisamente aquellos clásicos que todos conocemos. film en Francia que se quiso adaptar al papel y llegar de este modo a muchos más niños. Y no es de extrañar, porque uno se queda embobado frente a la pantalla: la historia de Nat, el protagonista, es conmovedora, y las ilustraciones de Rebecca Dautremer, como todo lo que dibuja, actúan como imanes, maravillándonos a cada segundo con explosiones de luz y color.
Así, Kérity, la casa de los cuentos (o Nat y el secreto de Eleonora, que es como se titula el libro) es una preciosa historia que, recurriendo a un argumento nuevo, nos hace recordar y revivir todos aquellos cuentos que leíamos de pequeños pero con un aspecto visual diferente, mezclando lo clásico y lo moderno, y haciendo, con las aventuras de Nat, un hermoso elogio a la magia, la ilusión y, sobre todo, la lectura.