De cine y literatura 55: Miedo y Asco en las Vegas
Título: Miedo y asco en Las Vegas
Autor: Hunter S. Thompson
Editorial: Anagrama
Páginas: 207
ISBN: 9788433967534
Película: Miedo y asco en Las Vegas (original: Fear and Loathing in Las Vegas)
Director: Terry Gilliam
Reparto: Johnny Depp, Benicio del Toro, Craig Bierko, Chistina Ricci, Cameron Diaz, Tobey Maguirre, Michael Jeter
Año: 1998
Duración: 118 minutos
Se piense lo que se piense no todos los libros son adaptables al cine. O al menos, ocurre a veces que no todo lo que le va bien a la literatura funciona igual en la gran pantalla. Personalmente, “Miedo y asco en Las Vegas” de Hunter S. Thompson se me antoja como uno de esos libros inadaptables, que cuenta los devaneos con las drogas del propio autor enviado a Las Vegas, acompañado por su inseparable abogado, con el objetivo de cubrir para una revista deportiva una carrera de motos en el desierto. Una mezcla de paranoia y realidad, una novela divertida, ingeniosa, fresca, crítica y amena, que roza la sensatez, o la resaca, que solo los locos tienen a veces.
Así las cosas, llega Terry Gilliam y decide adaptar un libro para mí inadaptable. Es más, casi hasta sería recomendable leer la novela antes de dar este paso. Y es que toda la acción de “Miedo y asco en Las Vegas” se apoya en la visión delirante de su protagonista bajo los efectos de todo tipo de drogas. Y en la película no hay más. Salvo un trasfondo trágico tomado a risa. La anarquía absoluta llevada al extremo, como historia y como elemento narrativo cinematográfico. Todo en escena es un completo desorden, dejando al espectador sumido en la sensación de no saber muy bien qué se le está contando o de qué va la cosa. Así que entiendo a sus detractores. Me sumo a ellos, si me apuráis.
Pero luego está lo otro. Lo otro es que me gustan los valientes y Terry Gilliam lo es. Sólo alguien como él se atrevería a llevar al cine algo así. Solo su intento, ya es un mérito. Y eso hay que reconocérselo. Como también su capacidad para generar delirio y locura. Crear algo tan caótico requiere de un meticuloso cuidado de los detalles. El resultado es que, esto sí, traspasa la pantalla. Sus escenas son tan rocambolescas que llegan al absurdo más absoluto, provocando situaciones un tanto hilarantes. Y este tipo de exageraciones, allá gustos, suelen gustarme. El efecto es precisamente lo que subrayaba como algo negativo en el párrafo anterior: el espectador acaba tan perdido como sus dos protagonistas. Y esto tal vez, al contrario de lo que pueda parecer, sea todo un logro. Porque al final es de lo que trata. De dos personajes que vienen de vivir el auge de las drogas de los años 60 y que intentan encontrarse de nuevo o perderse para siempre. Por su parte, la adaptación, si nos limitamos a la historia, es además bastante fiel a la novela. Y las interpretaciones de Johnny Depp, amigo íntimo del propio Hunter S. Thompson en la realidad, y de Benicio del Toro son capaces de hacer creíble la más inverosímil de las acciones. Y estas no son pocas.
Con todo habrá quién pensará que el “Miedo y asco en Las Vegas” de Terry Gilliam no es más que un colosal absurdo y un completo sin sentido. Y no le faltará razón. No es esta una película apta para todos los públicos. Tampoco importa. Sinceramente, creo que esto es lo mejor que te puede pasar si eres director de cine. Que tu obra sea capaz de generar filias y fobias a partes iguales. Mientras tanto, a unos y otros, siempre nos quedará el libro de S. Thompson, cuyas virtudes son tantas como sus excesos.
Tráiler de “Miedo y asco en Las Vegas”: