De cine y literatura 106: La heredera
Autor: Henry James
Editorial: Sexto Piso
Páginas: 237
ISBN: 978-8415601-48-7
Película: La heredera (título original: The Heiress)
Director: William Wyler
Año: 1949
País: Estados Unidos
Reparto: Olivia de Havilland, Montgomery Clift, Ralph Richardson, Miriam Hopkins
Duración: 115 minutos
Hay hechos irrefutables. Que William Wyler no decepciona, es uno de ellos. La heredera, estrenada en 1949, ganó cuatro premios Oscar, entre otros el de mejor actriz, por el implacable trabajo de Olivia de Havilland en su papel protagonista. En ella, basada en la novela de Henry James, Washington Square, se nos cuenta la historia de Catherine, una joven poco atractiva heredera de la fortuna de un prestigioso doctor (Ralph Richardson) que se enamora y es correspondida por el apuesto Morris Townsend (Montgomery Clift), aparentemente más interesado en su dinero que en su persona. Ambos animados por los intereses románticos de la tía Lavinia (Miriam Hopkins), empezarán una relación que se verá cuestionada por la profunda desconfianza que siente su padre hacia el joven y que tratará de boicotear en un juego de manipulaciones y tira y aflojas constantes, en cuyo centro se sitúa su protagonista.
Con todo, hay pocas cosas que reprocharle a la espectacular puesta en escena de La heredera. Wyler no solo cuenta esta historia sino que lo hace con una elegancia natural en él y esa estética tan cuidada. Nada se sale de ojo. Nada o casi nada. Es cierto que para quién haya leído Washington Square, recuperada por Sexto Piso en esta edición con ilustraciones de Jonny Ruzzo, puede parecerle a veces, sobre todo en la primera mitad, que los personajes están menos perfilados y más diluidos. Henry James esboza tan bien sus peculiaridades, rozando con lo caricaturesco, que da la impresión de que la tía Lavinia pierde algo de esencia, menos esperpéntica en el film, o que el doctor Austin Sloper fuera menos déspota e inteligente, Morris Townsend menos fingido o Catherine menos dulce e inocente y definitivamente mucho más tonta de como se la recuerda. La impresión corresponde, ya lo he dicho, a la primera mitad, porque luego todo se precipita y pasa lo que tiene que pasar. Mi error, hasta entonces, era de base, la memoria no suele ser muy de fiar cuando se trata de impresiones, pero también de fondo. En realidad nada de todo esto era vital para entender su historia, aunque sí lo fuera para el libro. Evidentemente, los recursos, a uno u otro lado del papel o la pantalla, siempre son distintos.
Y aquí es donde vuelvo a William Wyler, que no solo proyecta bien la evolución de sus personajes, respaldados por unas buenas interpretaciones, especialmente la de Olivia de Havilland tan brillante en todos sus matices, sino que además respeta la esencia de la novela de James, con una hermosa fotografía, y te planta ese final tan bello, tan sólido y contundente, en perfecta sintonía con Washington Square, al que no se le puede reprochar absolutamente nada, más bien al contrario. Una joya del cine. Un clásico obligado.
Trailer de la película en versión original: