De Cine y Literatura 96: Arrugas
Autor: Paco Roca
Editorial: Astiberri
Páginas: 104
ISBN: 978-84-96815-39-1
Película: Arrugas
Año: 2011
País: España
Duración: 90 min
Usamos la palabra “emotivo” a la ligera, os lo digo yo. Después de ver la película “Arrugas”, basada en el cómic de Paco Roca, para mí la palabra ha ganado una nueva dimensión. Si el arte es aquello que nos provoca emociones, Arrugas tiene que ser ARTE con mayúsculas.
Antes de seguir con mi opinión comparativa del cómic (perdón, de la novela gráfica) y de la película, os quiero invitar a pasearos por la reseña que hizo Sergio Sancor del primero, que os ayudará a entender mejor de qué estamos hablando. Puedes leer aquí la reseña de Arrugas.
Yo, por mi parte, siempre he pensado que el cine basado en literatura no deja de ser un subproducto de ésta. Se coge un elemento comunicativo (libro, cómic, novela gráfica) y se intenta traducir a un lenguaje totalmente distinto como es el cine. Y normalmente el resultado es malo; a veces está bien pero casi nunca está a la altura del primero, y muchísimo más raro es que el derivado supere al original.
Sin embargo Arrugas para mí entra dentro de este último grupo de películas que han sabido no solo coger la esencia del original y ser respetuosos con la idea literaria, sino que dándole una vuelta de tuerca y aprovechando los elementos que aportan los 24 fotogramas por segundo y el sonido (genial la música de la película y las voces son de 10), han creado un nuevo mensaje tanto o más fuerte que el original.
Algunos dirán de Arrugas que es una crítica fantástica, y probablemente lo sea, aunque la obra simplemente pretende reflejar una realidad que para muchos nos es desconocida hasta que nos toca enfrentarnos a ella, bien como familiares del afectado o peor aún, como afectados mismos. Pero a veces basta con poner luz y taquígrafos sobre cualquier aspecto poco conocido para darnos cuenta, por nosotros mismos y sin que nadie nos adoctrine, sobre la gravedad de un asunto.
Como ya he dicho, las diferencias entre el cómic y la película son pocas, al menos en cuanto a la idea que se pretende transmitir y a los elementos utilizados. Sin embargo, la ejecución de la película es tan buena y los añadidos de guion funcionan tan bien, que el drama es mucho mayor en la película que en el cómic; a mí el cómic se me pasó rápido y no me arrancó más que algún sollozo, mientras que en la película he estado más de la mitad del tiempo con los ojos llenos de agua, o directamente llorando como un crío. De todas formas, el drama subyacente en la película permite expresar una idea muy clara sobre las dificultades de la vejez y lo duro que es en algunos casos enfrentarse a esos últimos años de vida. Pero Arrugas tiene también su punto de humor, de camaradería, de nobles intenciones y de picaresca, que aderezan un plato más que redondo y un fiel reflejo de todo lo que es la vida.
Arrugas, la película, es una obra magistral del cine contemporáneo que todos deberíamos ver. Al fin y al cabo, tarde o temprano, todos viviremos estas situaciones típicas de la vejez, o bien como familiares, o bien como ancianos… Y es mejor estar preparados.