De Profundis

De Profundis, de Oscar Wilde

 

De Profundis

 

Tal vez algún día exista, si es que ya no lo han inventado, alguna máquina extraña que devele los pensamientos más profundos de las personas. Esos que nadie se anima a contar por vergüenza, orgullo y miedo a la humillación. De todas maneras, un siglo atrás, Oscar Wilde ejercitó las posibles funciones de esta máquina imaginaria cuando expresó en De Profundis sus sentimientos más personales de dolor y desamparo.

Se suele conocer de Wilde que su vida privada fue un tema particular. Si bien nació en el seno de una familia acomodada y contó con una carrera destacada, murió lejos de los lujos del reconocimiento, afectado por una reprobación por parte de la comunidad conservadora de la época. Es que Wilde pasó tiempo en cárcel luego de que se conociera la relación que él llevaba con lord Alfred Douglas, un estudiante de Oxford. El escándalo que suscitó este acercamiento lo convirtió en un hombre pobre económicamente y lastimado en espíritu.

Tal vez por el dolor irrefrenable que cargó Wilde por este revés en su vida, es que decidió escribir esta larga carta que se convirtió en uno de sus libros, De Profundis. En el texto, Wilde le escribe a Douglas y le expresa, con el tono más terrible posible,  la desesperación y la decepción que le había causado aquel joven, arrastrándolo a la condena moral de la sociedad.

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De Profundis es una carta pero, ante todo, es un testimonio de la locura que vivió Wilde en esta relación. Existen en el libro varias páginas memorables, con fragmentos crudos y directos sobre cómo se sentía el escritor en la cárcel y como veía, en retrospectiva, ese acercamiento con Douglas. El análisis de su situación personal lo lleva a Wilde a pensar sobre los orígenes de la relación, los errores y las actitudes mutuas para incluir también reflexiones detenidas sobre el amor, el odio y los sentimientos humanos.

Es realmente apasionante leer De Profundis pues es uno de esos libros oscuros e íntimos. Es ver, como con una claridad mental magistral, Wilde repasa todos los tristes puntos sobre su relación y cómo la vida se le fue desmoronando de a poco sin poder tomar control. Si bien la carta está dirigida a Douglas, la realidad es que el mensaje sobrepasa la vida de ellos dos y presenta reflexiones aplicables a relaciones sentimentales contemporáneas.

Wilde, defraudado y caído, describe en De Profundis el carácter manipulador de Douglas y cómo se vio el envuelto en la personalidad vil de su compañero, extremadamente demandante y descorazonado. En la carta, el escritor pretende cerrar en un punto la herida que mantiene abierta esa relación y superar con nobleza la condena de la comunidad de la época  y de su círculo de influencias.

Este es uno de esos libros que podrían servir de ejemplo para cualquiera que pretenda, desde sus adentros, expresar la realidad de cómo se siente. Claro que sólo Wilde parecería poder hacerlo con tal destreza y magisterio, dando lecciones de sentimentalismos y de escritura a la vez.

 

Georgina Marrapodi

 

 

 

 

3 comentarios en «De Profundis»

  1. Tuve la suerte de leer El retrato de Dorian Gray (que reseñé acá) y eso me llevó inevitablemente a leer sobre la vida de Wilde y su relación amorosa con el destinatario de esta carta que constituye el libro que nos recomiendas; sin dudas, me gustaría leerlo, porque cuando leí El retrato me quedé con ganas de muchos más. Gracias por el dato!

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  2. Conocer a Wilde a través de la desventura perpetua en “De profundis” ha sido un viaje inevitablemente doloroso de recorrer.
    Me enamoré de sus ideas, y no pude hacerlo también de su verdugo; y es que con Wilde todo es tan majestuoso que mientras señala a su amante como culpable de su desgracia, la carta esta llena de elogios que dejan ver el amor trastornado que compartían estos personajes.
    Es intensa y te invita en muchos de sus pasajes a reflexionar e inclusive a encaminar la vida a la búsqueda del dolor, que según Wilde es la forma de conocer verdaderamente la belleza de la vida y el amor.
    Bendita cada una de sus letras que pueden sentirse en la piel y en el corazón.

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