Deja de decir mentiras, de Philippe Besson

Deja de decir mentirasTengo que decir que Deja de decir mentiras es uno de los libros más profundamente emocionantes que recuerdo haber leído en los últimos tiempos. Lo es porque es honesto, porque ni resulta primario al hablar de las experiencias traumáticas, ni sensiblero al hablar de las agradables; no es artificioso en las descripciones ni sensacionalista en las tramas, es un libro terriblemente sincero. Y lo es independientemente de que lo que cuenta sea cierto o no, el propi autor juega con esa idea de que jamás habla de sí mismo en sus novelas, de que no cuenta su vida. Es sincera porque es imposible no creerla, porque uno acompaña a los personajes en sus buenos y sus malos momentos y porque se emociona con ellos.

Deja de decir mentiras es una historia de amor, pero por encima de eso es una historia sobre aceptarse a uno mismo, o no, y sobre las consecuencias que ello trae consigo. Dos hombres que se aman, que son muy distintos por muchas cosas, que saben que tienen un futuro complicado porque uno se marchará y otro se quedará, porque uno tiene un mundo de lleno de letras, de brillantez académica, de futuro y el otro tiene una vida rural, de familia, de presente. Pero sobre todo se diferencian en que uno se acepta como es y el otro no, uno se vive y el otro se sufre y esa diferencia marca no sólo su relación, sino sus vidas.

Se preguntarán por qué les digo que esta historia me ha resultado especialmente conmovedora y créanme, me encantaría poder contestarles. Uno nunca sabe. Sospecho que el mérito es del autor, su forma de contarla, de compartir sus recuerdos, es lo que obra el milagro. Tal vez sea lo difícil de la relación, las dificultades que deben afrontar porque se las ponen, pero también porque ellos mismos las inventan, tal vez sea las ganas de que salga bien, no lo sé, pero lo que les puedo asegurar es que no ha sido una historia más.

Resulta muy interesante observar el cambio de la visión del narrador, contemplar cómo lo ve todo cuando es joven (Tengo diecisiete años. No sé que nunca volveré a tener diecisiete años, no sé que la juventud vuela. Que apenas dura un instante, que desaparece enseguida y cuando te das cuenta ya es demasiado tarde, ya se ha terminado, se ha volatilizado, la has perdido; a mi alrededor algunos lo presienten y lo dicen, los adultos lo repiten, pero yo no los escucho, sus palabras me resbalan) y cómo cuando se hace mayor. Cómo hay cosas que desaparecen del día a día, pero no se olvidan nunca y que cuando resucitan, duelen con la misma intensidad que cuando eran reales.

Deja de decir mentiras está escrito con gran sencillez, probablemente un gran despliegue estilístico o un traje de lirismo devaluarían la pasión que logra despertar esa sinceridad de la que nace. No por ello es menos brillante, no por ello resulta menos difícil dejar de leer cuando el sueño o las obligaciones así lo exigen. Puede que hoy día se haya logrado un gran avance en cuanto a la igualdad, al menos en algunos lugares. Es posible que muchos lectores de hoy no entiendan lo que ha supuesto, y no hace tanto, la tragedia de vivir en una sociedad en la que muchas personas se veían obligadas a renunciar a ellos mismos para ser aceptados como miembros respetables de un colectivo en el que no era precisamente el respeto al diferente lo que primaba. Por eso es importante este libro, no sólo por lo mucho que uno disfrute o se emocione leyendo, sino porque conoce desde dentro una realidad que no conoce tan bien como cree. Por eso y porque es una preciosa historia magníficamente escrita.

 

 

Andrés Barrero
contacto@andresbarrero.es
@abarreror

1 comentario en «Deja de decir mentiras, de Philippe Besson»

Deja un comentario