Delirio, de Laura Restrepo
Regresó y ella no estaba allí. Es decir, estaba pero… demente. Ese es el momento de quiebre donde se inicia este libro pero que también divide entre un antes y un después. El cambiar de las cosas, el pasado persiguiendo, personalidades extrañas y el retrato de una sociedad colombiana gobernada en paralelo por el rey del narco, conocido aquí y allá, en todos lados, Pablo Escobar. Todo eso genera una historia que el lector quiere leer y que una vez que se comienza, no se detiene. Así fue mi lectura, en un día, de Delirio de Laura Restrepo.
Agustina y Aguilar constituyen la pareja que rompe su monotonía con un extraño episodio. Aguilar regresa, después de un corto viaje, y cuando llega a destino le informan que su mujer está encerrada en un hotel. Al abrir la puerta, la ve y sabe que ya no es su Agustina, que la perdió y que para recuperarla, tiene que reconstruir el pasado.
Ese pasado de Agustina es el recurso de Restrepo para manipular sus personajes dentro de un contexto social colombiano que represente una porción de Colombia en los años donde el dinero estaba a manos de Escobar y él ataba de pies y manos a quien se le metiera en el camino, con chantaje o violencia física. Pero eso no es ni siquiera el centro del problema: una familia disfuncional donde se callan muchas cosas, donde no se aceptan tantas otras, llena de favoritismo y donde la posición social lo es todo. Y en el medio, la pequeña Agustina, intentando buscar el equilibro y debilitándose mentalmente con el esfuerzo.
También está MacAlister, otro personaje que habla de Agustina con pasión y le explica aquello que ella pareció ignorar durante tantos años. La tía de Agustina, también brindará información vital mientras ayuda a Aguilar. Pero es la lucha de este, por entender que puede haber sucedido, lo que guía al libro entre el pasado y el presente.
Restrepo escribe con esa calidad, esa voz casi poeta que los autores de habla hispana parecen manejar con tanta gracia que parecen elevar al idioma español más allá de otra lengua. Van y vienen, mezclando historias pero sin hacer perder al lector, con un uso del lenguaje que fue enseñado por la lectura de los grandes escritores latinoamericanos. Esos párrafos que hacen que el desespero de Aguilar por descubrir la verdad, se transmita al lector.
Esta novela, que le valió el premio Alfaguara, ha sido una gran carta de presentación de Restrepo para aquellos que no la conocíamos. ¿Quién no quisiera seguir leyendo a esta autora que escribe tan bien, que crea una historia que combina tantos temas en la justa medida sin sobrecargarnos de emociones? Sin duda alguna, Restrepo es de esos autores que uno agradece que haya llegado a sus manos.
Será porque Colombia es una gran nación, la patria del gran García Márquez cuya escritura nos quita el aliento y que no deja indiferente a ningún escritor de su tierra. O porque Colombia ha tenido que estar durante dos décadas luchando con una violencia que gobernó sin haber sido electa por los colombianos, sino por miedo. O tal vez, hay que buscar la explicación más sencilla de todas: que Restrepo es dueña de un talento envidiable y escribió una novela que da placer leer.
Uys, pues no me sonaba nada. Pero me la llevo bien apuntada, que me dejas con ganas de disfrutar de la prosa de esta autora.
Besotes!!!
Es una muy buena novela, y Laura Restrepo una magnífica escritora pero, si me aceptan la recomendación, no dejen de leer “La novia oscura”. Para mi es, con mucho, su mejor novela. Empezó por ser un trabajo de investigación y terminó convirtiéndose en una novela brillante, llena de fantasía, de color, de ternura y de cruda realidad; escrita con un lenguaje tan bello y rico que a cada paso se encuentra uno releyendo el párrafo anterior, para volverlo a disfrutar.
Es una gran lástima que lleve tanto tiempo sin publicar. Creo que desde 1999 no lo ha vuelto a hacer.