¿Quién no ha tenido una ruptura amorosa? ¿Quién no se ha encerrado en su cuarto con ganas de olvidarse del mundo? ¿Quién no ha sentido esa opresión en el pecho y ha deseado arrancarse el corazón para dejar de sufrir? Es una circunstancia por la que todos hemos pasado alguna vez. Muchos pasan por ella a menudo, y ni así el dolor parece atenuarse de una vez para otra. A Emma, la protagonista de Descorazonada, la conocemos justo en ese momento de su vida.
Esta novela gráfica de Grafito editorial con guion de Kelly Thompson e ilustración de Meredith McClaren, comienza con una escena impactante, que no desvelaré, para que nos preguntemos cómo ha llegado Emma a ese punto. Las siguientes páginas se remontan a nueve días antes, cuando Emma se refugia bajo las mantas y Xan, su amigo y compañero de piso, la anima a salir de una vez, tras semanas de reclusión.
Ella por fin le hace caso, aunque sin ganas, y se van a tomar una copa. Pero como su soledad no se desvanece por estar rodeada de gente, Emma se escabulle a tomar el aire. Y es entonces cuando dice las palabras que todos hemos dicho o pensado en alguna vez: «¿Cuándo pasará esta mierda? Parece que fue ayer. Ojalá no tuviera un jodido corazón».
Y, ¡pum!, aparece un hombre extraño dispuesto a cumplir su deseo: extirparle el dolor… Es decir, quitarle el corazón literalmente. Emma acepta, sin valorar las consecuencias. Pero esto es un cómic de fantasía, no de gore, así que Emma no cae al suelo descorazonada y muerta, sino que sigue adelante con su vida… vacía de sentimientos. Pronto se da cuenta de que ha tomado la peor decisión de su vida.
No bastará una llamada de arrepentimiento para que le devuelvan el corazón, no. Emma tendrá que recuperarlo trozo a trozo, pues ha sido distribuido entre siete desconocidos que lo necesitaban. A partir de ese momento, Descorazonada se convierte en una especie de road movie, en la que Emma viajará por Estados Unidos para volver a sentirse completa. De lo que tendrá que hacer para conseguir cada trocito no pienso contarte nada para que disfrutes de los giros de guion tanto como yo. Solo te diré que todo está permitido para cumplir su objetivo.
Bamf, el autor del artículo que cierra Descorazonada, define a Kelly Thompson como la «la voz millennial» y dice que «su prosa se mueve entre el joven meme con fecha de caducidad fugaz, la vida adulta con síndrome de Peter Pan y la veteranía consciente de que ya es demasiado vieja para estas mierdas». Quizá porque yo soy casi de la quinta de ella, me identifico con esas palabras y me ha sido fácil conectar con Descorazonada desde el principio: por la situación que plantea, por el humor de las puyas entre personajes, por su drama y su calidez… También han ayudado mucho las ilustraciones de Meredith McClaren, que me han hecho ver a los personajes por dentro y por fuera, sentir su evolución a través de la paleta de colores y empatizar, gracias a cada plano y a cada gesto, con esos corazones incompletos que solo ansían volver a amar y dejar de sufrir.
No sé si tu corazón está incompleto, roto o en su mejor momento, pero, sea como sea, la historia de Descorazonada logrará hacerse hueco dentro de él. Porque todos tenemos un poquito de Emma.