Viaje al interior de “Shakespeare & Co.”
Librería: Shakespeare & Co.
Dirección: 37 Rue de la Bûcherie, París
Horario: Lu – Vi 10:00 – 23:00, Sab. 11:00 – 23:00
Parada de metro cercana: St – Michel
Paseando por Notre Dame, todos podemos observar la vida que empieza a bullir en el París moderno. El Sena parapetando sus alrededores, el Mercado de las Flores, lugares que todos hemos visto en las guías turísticas y que, en algún momento que otro, deben visitarse para entender la historia de una ciudad que nunca se para, o que cuando lo hace, es para que cojas aire y sigas disfrutando de ella. Pero en un rincón, apareciendo apartada de los ojos de los curiosos, se dibuja a lo lejos una de esas librerías en las que, al entrar, puedes respirar el aroma a libro viejo, a libro nuevo, a tal cantidad de literatura encerrada entre sus paredes, que sabes de primera mano, en tu interior, que pasarías horas allí, intentando decidir cuál de todos ellos será tu próxima lectura, tu próxima aventura por recorrer, tu próximo destino en este viaje que es la literatura.
Esa librería es “Shakespeare & Co.” una de las librerías que, como todo amante de los libros, no deberías dejar pasar.
La puerta chirría al abrirse. Es una de esas puertas desvencijadas por el tiempo y las visitas. Y al entrar, te sientes arropado por elcalor, a pesar del frío que pueda arreciar en el exterior. Ha llegado el momento de visitar un mundo en el que seguro te encontrarás cómodo. Se respira el olor característico en los libros, y es entonces cuando puedes quitarte tus guantes, el gorro que te protegía la cabeza del frío más absoluto en la capital francesa, y tu mirada se pasea por las estanterías, por la cantidad de lomos de libros que conoces y que te son desconocidos, como si fueran unos amigos lejanos a los que hacía mucho tiempo que no veías. Las pequeñas lámparas de araña alumbran los estrechos caminos entre las habitaciones, entre los pasillos rodeados de libros. Da la sensación de que no hay orden, que no hay una norma clara a la hora de catalogar aquellas historias, pero después, cuando tu cuerpo se va acostumbrando a lo que te rodea vas encontrando un sentido en todo lo que tus ojos pueden ver. Literatura, ensayo, libros antiguos acompañando a libros nuevos, a novedades literarias que se saludan sin ningún tipo de remilgo, sin mirarse por encima del hombro, porque en esta librería todo tiene su espacio, todo tiene su por qué. Y de fondo, siguiendo tus pasos por el suelo de baldosas rotas, pero en perfecta armonía, aparece un piano, una canción que tal vez recuerdes de alguno de los momentos de tu vida y que te transporte a otro lugar, a otra época, a alguna en la que París se incendiaba, era una fiesta nosotros podíamos haber sido los bailarines en una cena de gala.
Ves al fondo unas escaleras que te sorprenden, que te dicen que más arriba, encima de tu cabeza, existen más mundos que descubrir. Y las subes, todo te indica que lo hagas, que no te pierdas ese mundo que te está esperando. Y al avanzar por los escalones que, a tu paso, crujen como en las casas que llevan mucho tiempo dilatándose y estrechándose por el cambio de temperatura, la música va siguiéndote allá donde vayas. La gente te mira como si tampoco pudiera creerse que ese rincón exista entre tanto monumento que aparece en las guías turísticas, pero ahí está, es una realidad, y tú la estás viviendo con el resto de los mortales. Y cuando estás arriba, cuando las escaleras ya te han llevado al destino que esperabas, es cuando descubres que el piso inferior era sólo una antesala, una introducción que, como en un libro, te lleva a descubrir una historia y te pone en situación para poder vivirla.
Giras tu cabeza a la derecha y ves un pequeño asiento rojo, una especie de baúl acolchado en el que puedes sentarte y encima, como un cuadro de arte moderno, puedes leer notas que la gente, que personas que se habían encontrado en la misma situación que tú, ha escrito en honor a la literatura, algunos al amor que sienten hacia su pareja, otros versos, otro simplemente una firma para ponerle su nombre, sus letras, a aquella mítica librería que en tus futuros viajes a París sabes que visitarás. Y el piano se escucha más cerca, como si pudieras tocar sus notas con tus propias manos, y te lleva a un pequeño rincón, a una habitación en la que se guardan libros antiguos, mientras las notas graves y agudas te recorren el cuerpo desde los pies hasta la cabeza, y te encuentran a un desconocido, a un hombre que pasea realmente sus dedos por las teclas, que te está regalando uno de esos instantes de descubrimiento que hacen los viajes a las librerías tan sorprendentes. Y como si fuera un niño pequeño, te das cuenta de que allí hay sitio para todo, que incluso los libros infantiles tienen cabida en un universo que parece de adulto, que parece pensado para que aquellas personas que han crecido vuelvan por un instante a la niñez, a recuperar el niño que todos llevamos dentro y que no debemos perder por mucho que la realidad se vuelva tozuda, perversa e intolerante. Porque al fondo te esperan más sorpresas que encontrar, nuevas habitaciones que visitar y en las que poder respirar el mundo que se ve a través de su ventana. Así es “Shakespeare & Co.” y así cómo la literatura tiene un poder único para nosotros.
Pero llega el momento de despedirse del sueño, del calor que alumbra, para dar la bienvenida de nuevo al frío, puede que a la oscuridad de la noche que ya ha hecho su aparición. Y te decides a hacerte con un ejemplar, con algún libro que siempre hayasquerido tener. Quizá, como en mi caso, un compendio de todas las obras de Edgar Allan Poe, pero puede que tú tengas otra opción en tu corazón. Todo el mundo puede elegir lo que quiera, siempre que entienda el inglés, porque ahí está la novedad, lo impredecible de esta librería: sus libros están en inglés, no en francés. Y así, compras tu nueva historia, te despides de lo que ha sido una buena visita, aunque no sea de las más aclamadas, y sales a la calle de nuevo. Estás contento, te sientes como si hubieras ido a uno de esos museos que tanto gustan. Y al lado, como si algo te dijera que no lo has visto todo, encuentras un rinconcito con primeras ediciones de algunos de los títulos más reconocibles. En concreto, puedes encontrar un ejemplar del clásico “El principito” saludándote desde el escaparate. Y entras en ese pequeño oasis, pero te das cuenta de que los oasis son algo demasiado preciado, y que tu dinero puede que no te alcance esta vez para hacerte con algo especial, con esa clase de libros de anticuario que son tan difíciles de encontrar. Y sales y vuelves a la vida parisina, a recorrer sus calles, pero con un nuevo amigo, con una nueva historia con la que llenar tu corazón, y decides que, siempre que puedas, siempre que lo necesites, pueden coger con tus manos lo que hayas comprado y recordar, inventar, imaginar, que tú estuviste ahí, en esa librería, en “Shakespeare & Co.” y que nada ni nadie puede cambiar eso.
Muchas gracias por este paseo por esta gran librería! Otro sitio que me apunto para visitar.
Besotes!!!
La foto de la librería me ha recordado a la telecomedia británica Black Books 🙂
Preciosa estancia que seguro tiene una puerta disimulada entre molduras para acceder a un mundo imaginario donde es posible encontrar una librería de viejo que en su interior esconde, disimulada entre molduras, una puerta para acceder al otro lado del espejo…
Gracias.