Reseña del cómic “Dinastía de M”, de Brian Michael Bendis y Olivier Coipel
Hay dos líneas de pensamiento dentro de los cómics de los X-Men. Una tiene que ver con la concordia, con alcanzar la paz y la unidad entre los mutantes y los humanos. El profesor Charles Xavier y sus seguidores son el máximo exponente en el siempre complejo, y a veces infructuoso, camino hacia la igualdad. Por otro lado tenemos a Magneto y su grupo de simpatizantes. Sus creencias son más agresivas. Los humanos persiguen a los mutantes, los encarcelan y torturan, así que, ¿por qué no devolverles el golpe? ¿Por qué no someter a los humanos con sus poderes? A fin de cuentas ellos son el siguiente escalón en la evolución humana. Y mientras tanto el lector asistía a esa confrontación de dogmas, a esos dos puntos de vista de una misma minoría oprimida. Pero, ¿y si se cambiaran las tornas? ¿Y si fueran los humanos los que tuvieran que sobrevivir en un mundo dominado enteramente por los mutantes? Esta fue la premisa para crear el evento Dinastía de M. Un evento escrito por Brian Michael Bendis y dibujado por Olivier Coipel que sacudiría los cimientos de Marvel, afectando el curso de un buen puñado de títulos y en especial a todos aquellos que de una forma u otra tenían que ver con los X-Men.
En el inicio de Dinastía de M nos encontramos con una Bruja Escarlata que ha perdido totalmente la cabeza. Al sufrir una de sus crisis ha asesinado a varios Vengadores y ahora vive recluida y vigilada por Magneto y Charles Xavier. Entre los dos intentan controlar su poder y evitar que un nuevo estallido de locura pueda empeorar las cosas. Y entonces llega la decisión, una inaplazable. ¿Qué hacemos con ella? ¿Qué hacemos con alguien que es capaz de destruir el mundo entero? Antes de que tengan un plan de acción claro la realidad cambia, el mundo se ve totalmente alterado. Las vidas de todos y cada uno de los habitantes de la Tierra han cambiado. Ahora la mayoría es mutante, una mayoría que domina a nivel cultural e institucional cada recoveco de cada ciudad del mundo; una mayoría que controla cada movimiento de los humanos, que coarta sus libertades y que los elimina si no siguen las reglas establecidas. Se han girado las tornas. Una utopía para los mutantes. Una distopía para los humanos. Y entonces Lobezno empieza a recordar, a recordarlo todo: es capaz de ver que esa realidad ha sobrescrito la que él conoce. Él no es el único capaz de recordar: una adolescente llamada Layla Miller se le unirá para desentrañar el misterio y buscar una forma de regresar al mundo que recuerdan.
Al principio de Dinastía de M, justo después del cambio, es imposible no quedar atrapado en las redes de ese mundo donde cada héroe o villano que conocemos parece interpretar una forma retorcida del personaje que fue. Todo lo que conocemos sobre nuestros héroes favoritos ha cambiado, algunos orígenes permanecen, pero la trayectoria ha divergido. Bendis no retrasa el momento de ofrecer cierta esperanza, una forma de, quizás, solucionar el problema. Búsqueda de misterios, confrontaciones, tragedias familiares y muchísima acción es sobre todo lo que vamos a encontrar en este cómic. La narrativa vuela mientras Coipel ofrece un dibujo limpio e impactante que sobresale con creces en el diseño de personajes y que convierte el conjunto en un espectáculo visual brutal de principio a fin. Un final que, por cierto, te deja ojiplático y mordiéndote la uñas, y más cuando eres consciente de que esto no es ningún What if de un mundo alternativo, es un evento que, hasta sus últimas consecuencias, afectaría la continuidad de la mayoría de cómics que se publicarían en La Casa de las Ideas.
En Marvel Omnibus: Dinastía de M, publicado por Panini Cómics, no solo se recoge el evento principal, también se reúnen los cruces esenciales que servirían para matizar aspectos, explicar historias que simplemente se intuían y para formar puentes narrativos con otras colecciones. De esta manera descubriremos qué historia hay detrás de ese Capitán América que ahora es un anciano retirado. Ed Brubaker y Lee Weeks crean una historia que resulta a la vez un homenaje a los veteranos olvidados y una advertencia sobre el totalitarismo y el fascismo. Lobezno también tiene su crossover así como Ironman y Black Panther. El primero con un thriller militar bastante intenso e interesante, mientras que los otros dos abogan por historias de acción y tramas políticas que simplemente se dejan leer. Spiderman, Los 4 Fantásticos y The Pulse son historias que ahondan con mejor fortuna en el mundo de Dinastía de M y que mejor juegan con la desorientación del lector en ese mundo transfigurado que acabaría pagando un precio muy alto.