Reseña del libro “Dioses de jade y sombra”, de Silvia Moreno-García
Estuve en México en junio del 2016. Recuerdo exactamente qué libros metí en la maleta —acababa de empezar a reseñar libros en este blog y los dos que había pedido esperaban impacientes su turno—. También cogí un gran sombrero que me acompañó todas las vacaciones así como un bañador y un vestido ligero. No necesitaba más. Bueno, miento, también llevé un cuaderno, que utilicé para tomar notas durante mi viaje, porque aunque no había estado nunca en ese país, estaba segura de que sería fuente de inspiración.
No me equivocaba. México me regaló una historia que ronda mi cabeza desde entonces, y no solo eso, sino que me entregó una nueva obsesión: la cultura maya y azteca. Desde ese momento empecé a ver documentales, películas, a leer libros y artículos. Me volví una adicta. Así que cuando me encontré con Dioses de jade y sombra en una librería de Madrid después de una presentación de mi nueva novela, volví a caer. Y no te imaginas lo contenta que me quedé una vez que terminé el libro.
Aunque no es la primera novela de Silvia Moreno-García que visita mis estanterías —Gótico me hace ojitos cada vez que paso por delante—, sí que es la primera que leo, y ya te garantizo que no será la última. Propone una historia muy original que se sucede en el México de los años 20. Allí, Casiopea, la protagonista, se topa con una caja que esconde un oscuro secreto: la esencia de un dios. Al abrir la caja, lo libera y él la utiliza a ella como medio para quedarse en este plano terrenal. Se unen irremediablemente, así que ahora la causa de él —derrocar a su hermano para convertirse en el dueño y señor del Xibalbá—, también es la causa de ella. Empieza así un camino de aventuras, viajes y batallas que nos llevarán por los intrincados mundos de esta apasionante cultura.
Los dos viajarán por diferentes lugares de México, donde la cultura del jazz ha llegado y amenaza con quedarse. Las medias melenas y los vestidos de cuentas tratan de robar protagonismo a las vestimentas tradicionales, para el horror de las generaciones más veteranas. Y entre tanto brillo y copa de cristal, está Casiopea, que tendrá que enfrentarse a la aventura más dura de su vida mientras trata de disfrutar del placer de haber salido de su pueblo natal, donde todo aquello es impensable.
Y no nos olvidemos del amor. Hay una historia de amor que atrapa desde el principio. Un amor imposible que se va fraguando página a página y que está muy bien hecha, dada la época y el tipo de relación de la que se trata. Tengo que confesar que no soy muy fan de las historias románticas, pero esta me ha gustado especialmente, porque sin ser lo principal de la novela, sí que consigue robarle el protagonismo justo para que el lector tenga interés por lo que ocurre entre estos dos personajes.
Lo que más me ha gustado del libro es la originalidad de la trama. Hace poco hablaba de que estaba muy cansada de que la fantasía se centrara siempre en las mismas épocas y los mismos lugares, y que me gustaban mucho las novelas que apostaban por algo diferente. Sin duda, Dioses de jade y sombra no se parece en absoluto a nada que haya leído con anterioridad, y ese es uno de los mejores piropos que podría echarle a una lectura. Además, su índice final en el que se explican todos los términos utilizados me ha parecido muy útil y enriquecedor, y no solo a la hora de leer el libro. Este diccionario final es una suerte de tesoro que voy a tener muy presente cuando me enfrente a mi novela, porque me va a guiar muy bien por los términos y me va a dar claves importantes.
En definitiva, he quedado muy contenta con esta lectura. Hay veces en las que pienso que las casualidades existen, y encontrarme con un libro en en una tienda en la que había cientos y miles de libros más y fijarme únicamente en este es una buena manera de ratificarlo. Ahora solo me pregunto qué próxima aventura tendrá guardada el destino para mí.