Disputar la democracia. Política para tiempos de crisis

“Disputar la democracia. Política para tiempos de crisis”, de Pablo Iglesias

disputar la democracia

A ver cómo hago esto, porque reseñar este libro no es como reseñar una novela al uso con su trama, su introducción, su nudo y su desenlace… No va a ser fácil, no. No sólo por no ser una novela sino porque a pesar de intentar ser objetivo e imparcial me temo que no lo conseguiré y acabaré dejando huellas de mis simpatías por Pablo Iglesias y su partido Podemos. Algo lógico, por otra parte, ya que de lo contrario no habría leído Disputar la democracia. Política para tiempos de crisis.

Del mismo modo, intentaré moderar mi lenguaje y no meterme en exceso con los incompetentes, caraduras y cabronazos de políticos que han llevado (y están llevando aún) a nuestro país a la ruina mientras se forran a nuestra costa. Lo intentaré, pero no prometo nada contra esos hijos de…

Y también aviso de que va a ser inevitable que cite frases o incluso puede que párrafos del libro. Los pensamientos de Pablo Iglesias, (todavía no he comentado que el libro es un conjunto de reflexiones políticas, de “argumentos y técnicas de combate político y una aportación a combatir la ideología de los que niegan la posibilidad del cambio político” hechas antes de que Podemos se convirtiera en el fenómeno en el que ha llegado a convertirse –allá por finales del verano de 2013–) están tan claramente expuestos que sería una absurdez no aprovecharlos tal cual.

No voy a entrar en detalles pero sí que me gustaría resaltar algunas de estas reflexiones que se reparten a lo largo del libro y para ello me parece importante señalar el concepto de democracia para el autor de este libro.

Para entenderlo no hace falta ir hasta los griegos. Basta con ir hasta la Revolución Francesa, que arrebató el poder a los nobles y al rey para entregarlo al Tercer Estado. La propiedad privada ha sido el eje jurídico vertebrador de las relaciones entre economía y política. Los fundadores de EEUU construyeron un régimen político basado en la protección de los intereses de los propietarios de tierras y de esclavos. Desde entonces, político se equiparó a propietario y los que acaparan el poder insisten en que la democracia es solo un procedimiento de selección entre élites para ejercer el control de la administración. A ellos les basta que pueda elegirse entre el partido A y el B para que haya democracia. (Y entonces recuerdo las declaraciones de las ínclitas Sáenz de Santamaría, Cospedal y Rajoy, entre otros, decir que la irrupción de nuevos partidos en la escena política debilita la democracia… Ya… lo que debilitan es su parte de pastel, que tiende a reducirse o a desaparecer…)

La segunda parte del libro (en líneas generales tiene cuatro partes más epílogo y apéndices), titulada Historia, sinceramente, me aburrió muchísimo. Es algo que veo más orientado a un historiador o alguien que quiera ahondar mucho en la historia política española desde aproximadamente 1875. Por otra parte es lógico que hable de ello para comprender cómo ha derivado la política de nuestro país hasta nuestros días y lo poco que ha cambiado en realidad.

En el bloque siguiente habla de la crisis, explica el origen, la propagación y la clara convicción de que “el Partido Wall Street (el que representa a todos los que viven en el ático del sistema económico) cree que el Estado no está para proteger a los que viven de su trabajo, sino que se debe a las instituciones financieras”.

Esta sección aporta jugosos datos en los que se comprueba como “a las clases dominantes nunca les gustó que el Estado tuviera que asumir los costes de seguridad social, educación y sanidad. El “búscate la vida” o el más gráfico “que se jodan” de la diputada Fabra, revela el estilo político de los que mandan”.

En la última parte se trata el tema del poder, o poderes, y la casta. La famosa y no siempre bien entendida palabra con la que Iglesias se refiere al uso de la política para enriquecimiento personal. (Eso es casta, señor Feijóo, nada que ver con la procedencia de uno y mucho con subir a yates de narcotraficantes).

En fin. Disputar la democracia no es un resumen del programa político de Podemos. Es más que nada la explicación al porqué del nacimiento de un partido necesario a la fuerza en estos tiempos en los que día sí y día también aparecen varios casos de corrupción. Es un reflejo de la situación política, económica, laboral, judicial… española en contraposición con lo que debería ser. Un libro que afirma que el cambio es necesario y posible, que tenemos que ser capaces de reaccionar.

Un libro muy interesante, vivo reflejo de la España de hoy y de lo que no tiene que ser más.

4 comentarios en «Disputar la democracia. Política para tiempos de crisis»

  1. Hola! Un saludo desde Caracas, Venezuela. El libro de Iglesias no lo he leìdo. Solo puedo decirte que sì lo conocemos a èl, por los fuertes nexos que mantuvo y sigue manteniendo con el Partido Socialista Unido de Venezuela. A tales efectos sì puedo hablarte del desastre que atraviesa nuestro paìs, en todas sus instancias, desde el aparecimiento de Hugo Chàvez en el àmbito polìtico. Antes de describir el horror, te pido que ahondes mas en nuestra realidad. Pues pienso que el señor Iglesias en sus planteamientos tiene mucho de las ideas que aquì se han puesto en pràctica desde hace 16 años. Y en verdad no las deseo para ningùn paìs del mundo. En Venezuela, en estos momentos cursa un caos generalizado: gobernantes mil millonarios, (ladrones del tesoro pùblico) inseguridad que asusta, desabastecimiento y sangre por muertes, a diario. Y como colofòn, todos los poderes en manos del Estado. Es solo un bosquejo. Si tu quieres, ahòndalo. Infòrmate.

    Responder
    • Hola Belkys, no soy el autor de la reseña, pero permíteme responderte como un seguidor más de la política española: Pablo Iglesias no pretende copiar el sistema venezolano y traerlo a España. España no es Venezuela, ni Pablo Iglesias es Hugo Chávez… Por supuesto me creo que muchas cosas estén mal en vuestro país, pero hay cosas que se han hecho bien: la pobreza infantil se ha reducido desde más del 25% a un 8,7% en 2009 según Unicef, por ponerte solo un ejemplo (lo puedes leer aquí). España es ahora mismo el país de Europa con mayor pobreza infantil, y me parece genial que un partido se preocupe por solucionar ese problema. ¿Convierte eso a España en Venezuela? Por supuesto que no; es solo un argumento que usan algunos como una forma de atacar a un partido que propone mecanismos de regeneración democrática. Hay que ser un poco más críticos con la información, y leer libros como este te pueden permitir conocer los argumentos reales que usa Podemos, y no los que otros partidos y medios de comunicación dicen que ellos dicen… La información siempre hay que obtenerla de la fuente original, sin adulterar, para evitar manipulaciones y tergiversaciones.

      Muchas gracias por estar abierta al debate. ¡Un saludo!
      Iván

      Responder

Deja un comentario