Don Quijote, de Rob Davis y Miguel de Cervantes
Pasan los años, y los siglos, y El Quijote siempre está de actualidad. Pero quizá este año, en el que se cumplen cuatro siglos de la muerte de su creador, la imagen del caballero de la triste figura está en boca de todos. Pese a que nadie ha conseguido igualar la calidad de la obra cervantina, muchos son los que han versionado, modificado y adaptado a otras artes su gran novela. Rob Davis ha sido uno de ellos, creando la novela gráfica Don Quijote con grandes dosis de realismo.
Hay tanto escrito y hablado sobre la figura de Alonso Quijano y el libro que cuenta sus andanzas que poco mas podríamos aportar. Don Quijote de la Mancha es considerada la primera novela moderna no solo por lo que supuso en su época; también por lo que ha supuesto a lo largo de más de cuatro siglos.
Y aunque es tarea titánica siempre abordar una interpretación de tan magna obra, esta vez la complicación ha sido doble. Digamos que José C. Valés, traductor de la obra, ha tenido que hacer una traducción de ida y vuelta. Como aclaran en el libro, Rob Davis adaptó la historia con la versión inglesa de El Quijote, por lo tenemos una traducción al español de un libro escrito originalmente en español. Y añadiendo además, la adaptación a un lenguaje narrativo distinto como es el del cómic. Ardua y complicada tarea, aunque como comprobamos después, solventada con acierto.
Condensar un libro de más de mil páginas en apenas trescientas puede parecer imposible. Sin embargo, lo esencial y más importante de la obra original queda reflejado en el trabajo de Rob Davis. Los personajes, a caballo entre el dibujo y la caricatura, contienen los valores y rasgos característicos dados inicialmente por Cervantes. La ironía, la comicidad, el drama y la chanza de la obra original están recogidas en cada una de las viñetas, sobre todo en los maravillosos diálogos que sostienen durante toda la novela gráfica Don Quijote y su siempre fiel Sancho Panza.
Si por algo destacó El Quijote en su época fue porque Miguel de Cervantes consiguió sintetizar en una sola historia todas las corrientes literarias del momento. La novela bizantina, morisca y de aventuras se unen a la de caballerías mediante decenas de historias que se entretejen paralelas a las desventuras de los dos personajes principales. Y este es uno de los puntos a favor de la obra de Rob Davis. Muchas de las pequeñas historias y fábulas que se cuentan en el libro de Cervantes también tienen cabida en este, insertándolas en la novela con una tipografía y grafismo distinto, ofreciéndole distinción y a la vez frescura al relato. También ofrece frescura a la narración ese elemento metaficcional que utilizó Cervantes en su época con la figura de Cide Hamete Benengeli, el supuesto/ficticio autor de la obra cumbre de la literatura en español.
La tarea que tenía Rob Davis entre manos era difícil, pero la adaptación es digna de elogio. Y aunque siempre se recomienda leer el original, este Don Quijote podría ser un primer acercamiento exitoso a las aventuras del ingenioso hidalgo.
César Malagón @malagonc