Duelos, de Víctor Charneco
Mucho me ha costado decidir si debía comenzar esta reseña hablando de la estructura de Duelos, de Víctor Charneco, que es ciertamente llamativa por brillante y original. Dudaba porque resaltar el armazón que da cobijo a las historias que viven en Duelos podría restarles protagonismo, y nada más lejos de mi intención porque son unos cuentos magníficos. Pero la forma en que Víctor Charneco ha organizado este volumen es tan interesante que he decidido asumir el riesgo y comenzar hablando de ella. Y es que las historias que viven en Duelos se nos presentan precisamente como eso, como duelos entre diferentes puntos de vista sobre una misma historia, visiones que se complementan, se enriquecen mutuamente, pero que nos ofrecen algo más. Porque las dos visiones que se baten en duelo no son en el fondo versiones diferentes de la misma cosa, sino que son en realidad ambas caras de una misma moneda, la faceta positiva de una cualidad humana, el amor, la amistad, el afán de libertad, etc, y la negativa, el desmedido potencial destructivo de aquello que, en condiciones ideales, es tan positivo como que en realidad definen a la humanidad. Los duelos, por tanto, no son tales porque las dos caras de una moneda, aunque formen parte de un todo están condenadas a vivir espalda con espalda, sin mirarse jamás a la cara. No son versiones o visiones diferentes de una historia, son la misma historia considerada con la poliédrica, diversa y a menudo contradictoria emoción con que se vivirían en una realidad más allá del papel. Los duelos de Víctor Charneco, pues, como la vida, los entabla ésta con único contendiente capaz de plantarle cara. Ella misma.
Pero como decía, las historias narradas en estos duelos sin más padrino que el lector, tienen entidad literaria suficiente como para ser consideradas por sí mismas, independientemente de lo brillantemente que estén engarzadas entre sí. Incluido el cuento fantasma que se esconde entre sus páginas. Son tan buenas como diferentes, no sólo en temática, sino en estilo lo que dice mucho del dominio de la técnica de Víctor Charneco. Sorprende la variedad de estilos, personajes y escenarios, aunque tampoco es de extrañar ya que son historias que viven de emociones y comportamientos humanos universales que escapan a sus circunstancias concretas.
El primero de los Duelos, el musical es tan especialmente intenso que su recuerdo perdura mucho más allá de su fin y el último es de una belleza poética tan intensa que lo convierte en el mejor final imaginable para esta estupenda colección de sentimientos y emociones que de forma tan brillante nos presenta Víctor Charneco. Todos y cada uno de los relatos que la componen tienen cualidades sobradas para que el lector los disfrute como merece, pero por una vez y sin que sirva de precedente, su lectura conjunta realmente potencia sus virtudes de forma que es francamente recomendable leerlas como un todo. El del lector con el libro será el único duelo en el que únicamente habrá ganadores.
Andrés Barrero
@abarreror
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