Reseña del libro “El año de las brujas”, de Alexis Henderson
Me considero una chica de costumbres. También en lo referente a los libros. Sé los géneros que me gustan, las historias que me atraen y las editoriales que, por su catálogo, llenan mi estantería. Sin embargo, de vez en cuando, aparecen en mi vida nuevos elementos que hacen que esas costumbres cambien de forma radical. Y esto me ha pasado con la editorial Minotauro. No era de mis favoritas —de hecho, creo que solo había leído un par de libros de su colección gracias a Laura Gallego—, pero de un tiempo a esta parte, la balda dedicada a sus novelas ha empezado a crecer de forma vertiginosa.
Y es que, ahora que los he descubierto y que presto muchísima atención a sus novedades, me he dado cuenta de que tienen todo lo que necesito. Y así, de esta manera, Minotauro se ha ganado un hueco en mis «costumbres», y se va a quedar ahí para siempre.
¿Y por qué digo esto? Pues porque tiene libros como El año de las brujas, del que vengo a hablarte hoy. Vale, este tiene un poco de trampa, porque entre ese título y su portada, estaba claro que tenía que leerlo y devorarlo. Y ya te adelanto que no me equivocaba, ahora verás por qué.
Este es el debut de Alexis Henderson, que se ha atrevido con una historia oscura y escalofriante. Lo primero que tengo que decir es que fue finalista en los premios de Amazon en la categoría de terror, pero lo cierto es que yo no lo calificaría como tal. Es escalofriante, como digo, pero no llega a ser terror lo que encontramos en sus páginas. Aunque sí que hallamos una atmósfera oscura que da muy mal rollo, todo hay que decirlo.
La protagonista de esta historia es Immanuelle, una joven que ha nacido del pecado. Por ese motivo decide seguir a la Iglesia y su Santo Protocolo a rajatabla. Debido a una serie de sucesos, acaba entrando en el Bosque Oscuro —ya solo por su nombre te puedes imaginar la tensión—, y allí se encontrará con un hecho terrorífico: años atrás, el Profeta mató a cuatro brujas para purificar la tierra. Dará la casualidad de que los espíritus que habitan el bosque y que pertenecen a las brujas asesinadas le darán a Immanuelle un diario que perteneció a su madre, y esas palabras la llevarán a comprender por qué su madre decidió buscar la compañía de las brujas años atrás.
Lo que más me ha gustado de este libro ha sido la contraposición de «lo bueno y lo malo». La protagonista parece tener muy claro cuál es la diferencia entre estas dos morales, y en cambio la evolución de los hechos hace que tenga que replantearse todos sus pensamientos. Las brujas representan la libertad y, en cambio, la religión representa la represión del espíritu. ¿El fin justifica los medios? ¿Quién tiene la razón? ¿Quién está equivocado?
Alexis Henderson se dedica en cuerpo y alma en darnos una evolución creíble de sus personajes. No solo trabaja la ambientación (excelente, por cierto), sino que también se preocupa por hacer que todo sea como habría sido en realidad. Y eso es muy importante, y más en una historia como esta, de la que podríamos llegar a pensar que tiene una temática demasiado manida, pues son cientos los autores que optan por hablarnos del mito de Salem y sus variantes. Sin embargo, ella se centra más en sus personajes, en su evolución y dinamismo con la historia, en su metamorfosis, y eso es algo maravilloso.
El año de las brujas ha sido una grata sorpresa. Lo he leído en nada de tiempo y he disfrutado muchísimo de la historia. Y ha hecho que me reitere en esa premisa con la que he empezado la reseña: soy una chica de costumbres, y si algo me funciona, ¿por qué cambiarlo? Así que, Minotauro, bienvenida a mi lista de editoriales favoritas.