El asesinato del sábado por la mañana, de Batya Gur
Un cáncer fatal nos privó para siempre de seguir disfrutando del notable talento de la israelí Batya Gur (1947- 2005), quien supone uno de los raros casos de escritores de novela de misterio procedentes de ese país y con eco internacional. Una pena la pérdida de su voz literaria, lúcida, inteligente y compasiva, que, como las de todos los escritores que verdaderamente merecen la pena, trascendía su género y nos ofrecía en cada novela un retazo de la compleja realidad social de la Israel de hoy en día, mucho más rica y compleja de lo que los relatos informativos que vemos y oímos casi a diario dan a entender. Con sus tramas y sus personajes, Batya Gur sabía acercarnos mucho mejor el verdadero día a día de la sociedad israelí que lo que lo hacen los periódicos y los informativos de televisión.
Gur tuvo tiempo de escribir varias novelas de misterio, protagonizadas todas por el sensible superintendente Michael Ohayon. La primera de ellas fue El asesinato del sábado por la mañana, escrita en 1998 y reeditada ahora por Siruela. El asesinato en cuestión es el cometido en la persona de la psiquiatra Eva Neidorf, admirada y atractiva tanto en lo profesional como en lo personal. A partir de este hecho, Michael Ohayon pondrá a trabajar todas sus dotes de interrogación, de introspección y de deducción para
dar con el culpable.
Las novelas policiacas de Gur forman una especie de secuencia o serie, con una ilación entre los episodios que va más allá de la mera presencia protagónica de Ohayon en todos ellos. Y es que, en cada novela, Batya Gur explora un sector o un ámbito de la realidad de Israel, exponiendo, a través de su personaje principal, los matices, las paradojas y las características más insospechadas de ese ámbito, todo lo cual los israelíes viven como parte de su cotidianidad pero los lectores foráneos podemos descubrir con sorpresa. Por ejemplo, estas novelas exponen con claridad la gran variedad de la sociedad de Israel, a pesar de que, por la enorme fuerza de los estereotipos que, en parte, son creados hoy en día por las noticias, tendamos a pensar en ella como algo homogéneo y casi monolítico. Y resulta apasionante leer una historia novelesca ambientada en Israel, ya que las realidades cotidianas de este país se nos exponen con gran naturalidad, puesto que no son ellas, sino la trama detectivesca, el objetivo expreso de la novela.
En el caso de El asesinato del sábado por la mañana, el ámbito diseccionado por Gur es el del psicoanálisis y la profesión psiquiátrica. La autora se toma su tiempo para ello, pero nunca resulta -al menos a mí- un proceso lento ni, mucho menos, forzado, porque siempre tenemos a Michael Ohayon sirviéndonos de cicerone. A través de sus ojos y su mente asistimos a un rico mosaico de personajes de diversa procedencia y características, con sus pasiones humanas, marcadas tanto por la naturaleza que nos es común a todos como por su nacionalidad, origen étnico o cultural, adscripción profesional y demás. Todo ello desempeña un papel en la resolución del crimen y, cuando no es así, se nos presenta inserto en la trama policiaca sin grandes aspavientos.
Dicen que la mejor de las novelas policiacas de Batya Gur es Asesinato en el kibbutz, y quizá ello se deba a que ese libro se interna en una institución muy representativa de Israel, y la disecciona con lucidez. Pero El asesinato del sábado por la mañana no le va a la zaga y constituye una lectura totalmente recomendable, tanto para los curiosos sobre la realidad de Israel como para quienes simplemente quieran disfrutar de una novela de género de gran calidad, escrita por una autora inteligente, detallista y elegante.