Reseña del cómic” El Asombroso Spiderman: Hasta que las estrellas de congelen”, de J.M. Straczynski y John Romita Jr.
Si algún incauto me pregunta para que le recomiende un cómic de Spiderman, solamente uno, siempre voy a parar al mismo título: El Asombroso Spiderman: Vuelta a Casa. Por mucho que esa persona lo intente me mantendré en mis trece. Empieza la etapa del Lanzarredes escrita por J. M. Straczynski y dibujada por John Romita Jr., no te defraudará. Para mí la mejor etapa del personaje, que ya es decir. Porque mira que a lo largo de su historia ha pasado por guionistas excelsos y dibujantes que han mimado el dibujo hasta puntos inimaginables, pero solo el tándem Straczynski-Romita ha conseguido una simetría perfecta, un equilibrio robusto entre las aventuras del superhéroe y la humanidad del personaje. Y una vez empieces, tendrás que continuar. Una vez traspases la escena en la que tía May y Peter se sinceran, querrás saber qué nuevas vicisitudes le depararán a los dos y de qué manera les afectará la verdad en su relación. Y entonces no te quedará otro remedio que hacerte como sea con El Asombroso Spiderman: Hasta que las estrellas se congelen, el volumen que continúa la historia y que Panini ha publicado en su colección Marvel Saga.
El inicio del cómic que hoy nos ocupa es devastador. Y lo es por el simple motivo que lo hace con el Black Issue. Fecha: 11 de septiembre de 2001. Lugar: Nueva York. Spiderman llega a la zona cero poco después de que las Torres Gemelas hayan caído. Es entonces cuando la bella prosa de Straczynski, de apariencia casi poética, empieza a entonar un sincero pésame por las víctimas, un homenaje por los verdaderos héroes, así como la necesidad de mantenernos firmes y tolerantes. El dibujo de Romita, poderoso, repleto de detalles y emotivo, hace el resto. Un número que recibiría muchísimos elogios pero que también levantaría ampollas entre fans que no entendían qué pintaba Doctor Muerte (siendo el cabronazo que es) apiadándose de víctimas y en sectores de ultraderecha al equipararlos en las viñetas con los ayatolás. Tras este aperitivo que te hace chocar de frente con la realidad, que te hace descubrir que los cómics en ocasiones son algo más que pura ficción y que reafirma aquella mítica frase de “Comics will break your heart, kid” que pronunció Jack Kirby, empieza el intento de Peter Parker por poner orden en su vida.
Si en Vuelta a Casa la relación con tía May copó la narración que tenía que ver con la vida íntima de Peter Parker, en Hasta que las estrellas se congelen el trinomio queda formado al entrar en escena Mary Jane. El capítulo Mientras tanto…, sin siquiera una única palabra pronunciada por los personajes, resulta una narración visual arrolladora para presentarnos a los tres personajes, todo aquello que los mantiene alejados y aquel punto que, sin saberlo, todavía les une. Mary Jane está consiguiendo que su carrera como modelo empiece a ofrecerle algún que otro papel como actriz, pero hacerlo lejos de su marido no es lo mismo. Mientras tanto, Peter continúa con su labor como profesor de ciencias por un lado y su trabajo heroico por otro, sintiendo que cada vez se aleja más de MJ. Y tía May se ha empecinado en lavar la imagen de Spiderman y para ello va a remover cielo y tierra. Los tres son conscientes que una charla sincera acabaría con las fronteras que cada uno ha levantado. Pero Straczynski, como guionista agudo que es, juega con el orgullo humano, el miedo a la perdida y el rechazo para que a esos tres personajes les cueste dar el primer paso. Y mientras se estrechan relaciones los villanos hacen de las suyas. Primero un tipo que aparece y desaparece en un aura misteriosa no sin antes secuestrar gente a la que nadie echará de menos. Y cuando lo oculto entra en escena, es de vital necesidad que lo haga también el Doctor Extraño. El humor se desborda cuando Spidey y Extraño comparten viñetas. Dos tipos de carácter diametralmente opuestos trabajando por un mismo fin. Pero el humor que encontramos en este cómic también puede dar paso a la crítica ácida. Los métodos rancios y machistas de Hollywood y la caspa que sueltan algunos productores son convertidos en sátira poco antes de que Doctor Octopus se enfrente a un imitador y Spiderman quede atrapado entre el fuego cruzado.
En resumen, El Asombroso Spiderman: Hasta que las estrellas se congelen, sin llegar a las cotas de calidad de Vuelta a Casa, retoma esa narración ágil, de tramas donde lo humano y lo heroico se equilibran para mostrarnos a unos personajes inolvidables enfrentándose a lo normal y a lo extraordinario.