Reseña del cómic “El Asombroso Spiderman: Vida y muerte de las arañas”, de J.M. Straczynski y John Romita Jr.
Si algo me está enganchando del Spiderman creado por J. Michael Straczynski y John Romita Jr. es la capacidad que tienen estos dos fenómenos del cómic para mezclar tortas a mansalva y salseo del bueno. En Vuelta a Casa Peter Parker tenía que vérselas con Morlun en su vertiente superheroica y en el ámbito del día a día de un tipo normal con un secreto revelado. En Hasta que las estrellas se congelen los villanos a batir eran La Sombra y Doctor Octopus (y su imitador), pero en lo referente a Peter Parker recuperar la confianza perdida de tía May, así como intentar un acercamiento con MJ, me mantuvieron expectante hasta esa preciosa frase final que daba nombre al volumen. Pues bien, en Vida y muerte de las arañas (tomo publicado por Panini en su colección Marvel Saga y que recopila The Amazing Spider-Man #46-54 USA) Shathra, el Doctor Muerte (bueno, más o menos) y Enterrador son las amenazas a las que nuestro querido Lanzarredes tendrá que sortear, contar algún que otro chiste y abofetear, y todo mientras intenta hacerle saber a Mary Jane que todavía quiere vivir una vida junto a ella.
La herencia que recibieron Straczynski y Romita Jr. cuando se pusieron manos a la obra con Spidey fue una relación de pareja repleta de grietas. Ya en Vuelta Casa (y si no conocías la etapa anterior) desconcertaba un poco que Mary Jane y Peter Parker estuvieran separados. ¿Pero qué fue de esa bella historia de amor? ¿Pero dónde quedó aquella bonita boda? Así es la vida, en ocasiones hasta en la ficción el amor pasa por sus altibajos. En este volumen Straczynski se pone manos a la obra para por fin ofrecernos una respuesta a la incógnita de si Peter y Mary Jane se reconciliaran. Pero antes de esto, y para no dejar flecos sueltos y cerrar algunas tramas que se abrieron en el plano astral, el guionista enfrenta a Spiderman con Shathra, un monstruo sin humanidad y con forma de avispa asesina, una enemiga voraz que busca succionar la energía de la que ella considera su presa. Lo interesante de este personaje es que no solo utilizará la fuerza sino que empleará recursos más ordinarios e inteligentes que pondrán en aprietos la vida privada de Peter. Este arco argumental vuelve a plantear al héroe, y por ende al lector, el dilema de si está justificado matar en esas ocasiones que el mal es imparable.
A partir de aquí empieza de lo bueno lo mejor. Straczynski utiliza todos los recursos (clichés, chistes y hasta escenas en aeropuertos) de una buena comedia romántica para ofrecernos una respuesta satisfactoria a la compleja relación entre MJ y Peter Parker. Una en la que ambos personajes tienen mucho que decir, que decidir y que aportar. Una en la que incluso el Doctor Muerte tendrá su papel (y no de la forma que pensáis) y hasta el propio Capitán América (vale, este sí). Y entre tanto escombro, terrorista, tirano, entre tanta heroicidad, sigue prevaleciendo lo importante: los sentimientos más fundamentales del ser humano que al final es lo que da calorcito al corazón del lector.
El tercer arco argumental de Vida y muerte de las arañas es probablemente lo más flojo de este volumen, con un desarrollo de trama policial, con negocios turbulentos, mafiosos de por medio y un monstruo que es mitad Frankenstein y mitad Hulk. Pero que el inspector de policía William Lamont haga acto de aparición, y vuelva a hacer equipo con Spidey, suma enteros a la historia. La química de estos dos personajes es explosiva. Las pullitas que se lanzan el uno al otro arrancan un buen puñado de sonrisas al lector y además certifica que unidos suman, convirtiendo lo que podría haber sido una trama que ni fu ni fa en una buddy movie donde prevalece el mensaje de que hacer lo correcto, alcanzar el bien común, está por encima de los intereses individuales y la codicia.