Bosques. ¿Por qué me gustarán tanto? Hace tiempo empecé una reseña con la misma pregunta, solo que en lugar de hablar de bosques, el tema eran las brujas. Y es que así es, me apasionan por igual los bosques oscuros y las brujas.
Imaginad entonces lo emocionada que me puse cuando descubrí la existencia de un libro donde el protagonista es un bosque sombrío, mentiroso y rencoroso. Pero no solo eso, sino también un bosque vinculado a la sangre de una familia de brujas. Vaya bomba, ¿no?
¿Cómo no me iba a seducir con esos ingredientes El bosque de las cosas perdidas, de Shea Ernshaw? Y si a esos ingredientes sumamos una portada fabulosa, con ramas retorcidas y relieves de la luna y las estrellas sobre un fondo negro como el corazón de ese bosque, y una sinopsis que aúna cuentos de hadas oscuros, el misterio de un chico desaparecido y secretos, muchos secretos… ¿qué más puede pedir una fanática de los bosques y las brujas como yo?
Adentrémonos entonces en el bosque donde todo lo perdido aparece. En el bosque que duerme cuando hay luna llena. En el bosque que engaña a vuestros sentidos, que surge de vuestros miedos ocultos y nace de vuestras peores pesadillas cuando despierta.
Nora Walker es una bruja, y aunque le frustra no ser poderosa como su abuela o las que la precedieron, ella sabe que la oscuridad corre por sus venas. De hecho, se atreve a internarse en el bosque Wicker en las noches de luna llena cuando este duerme para curiosear entre sus árboles en busca de cosas que se perdieron y que el bosque saca a la luz.
Lo que Nora no sospecha es que entre aquellas cosas está un chico, Oliver Huntsman, que desapareció en la peor noche de tormenta.
Nora quiere descubrir la verdad sobre Oliver, sobre su desaparición, sobre lo que pasó, y principalmente saber cómo llegó hasta el bosque, cómo sobrevivió y saber por qué apareció allí.
Pero algo ha cambiado en el bosque con la presencia de Oliver. El bosque ya no es el mismo. El bosque guarda secretos y… Oliver también.
Reconozco que a mí lo de los secretos me ganó desde el primer momento. En mi opinión, no hay nada más jugoso que intentar averiguar un secreto, ya sea sobre alguien o sobre algo. Es una curiosidad innata que todos tenemos. Y libros como este convierten a nuestro cuerpo en pura adrenalina.
Pero, ¿qué tiene esta historia que la hace tan especial? Yo creo que la autora ha sabido combinar con maestría una serie de factores que hacen de esta novela una bomba de relojería que deseamos que nos explote para analizarla al detalle.
Esos factores son: un bosque oscuro y misterioso, brujas, desapariciones, supersticiones, amor y, como ya he dicho, secretos. Pero a mí no solo me han enamorado estos componentes, sino también esos dos narradores en primera persona y en presente, Nora y Oliver, que nos introducen en sus cabezas para que experimentemos con ellos todo lo que sienten en cada instante, saboreando sus dudas y sospechas desde dentro.
Tanto un personaje como el otro me han fascinado, porque nos muestran dos puntos de vista distintos de la misma historia. Uno asustado, con prejuicios y sin recuerdos. La otra marginada y desconfiada. Almas solitarias unidas por ese bosque que no deja de sorprender al lector y a ellos mismos.
Igual de sorprendente ha sido para mí el descubrimiento de Shea Ernshaw. Nunca había leído nada suyo y me daba un poco de miedo que no me convenciera su prosa. Pero, ¡qué va! La pluma de esta autora engancha desde el inicio porque es directa y muy íntima, porque nos ofrece un ritmo rápido pero constante, y sobre todo porque logra mantener la intriga durante toda la novela con capítulos cortos y con aquellos que no lo son pero que nos conectan con las Walker y con el bosque. Incluso esta mujer es capaz de dar un giro inesperado a la historia en sus últimas páginas y dejarnos sin aliento.
En resumidas cuentas, si habíais perdido la esperanza de encontrar una historia oscura rebosante de misterio y sentimiento, y con un final extraordinario, volver a recuperarla es sencillo. Solo tenéis que atreveros a leer esta novela hecha de pensamientos, de vivos y muertos, de sueños y temores, de amor y leyendas.
Solo tenéis que atreveros a entrar en un bosque hecho de cuentos de hadas antiguos, bellos y diabólicos que se funden con el tiempo, con el miedo a lo desconocido y a lo que habita en nuestro interior.
Solo tenéis que atreveros a entrar en El bosque de las cosas perdidas.