El camino blanco

El camino blanco, de John Connolly

 
 El camino blanco

Volví a mis raíces. Recuerdo que de niña, mis libros preferidos eran los de misterio. Aquellos en que las últimas páginas presentaban al personaje huyendo entre tiros y con escenas al límite entre la vida y la muerte. Mis libros preferidos, a esa edad, pertenecen a una serie llamada “El club del misterio” de Fiona Kelly, cuyas protagonistas eran tres chicas de quince años que resolvían casos y siempre se veían inmersas en situaciones donde los villanos tensionaban los últimos capítulos. Cuando me encontraba en la instancia final de El camino blanco de John Connolly suspiré y me dije a mí misma: “Hacía tiempo que no leía una novela de misterio”.

Debo decir que hasta la página 100 no le encontraba atractivo y protesté contra mí misma por haberlo elegido. Una vez que el misterio empezó a crecer y se llega a la escena del crimen, no podía soportar la idea de quedarme con la intriga de qué era lo que había sucedido. Es que el detective Charlie Parker se dirige a Carolina del Sur para encontrar al verdadero culpable de la muerte de Marianne Larousse –hija de un empresario de mucha influencia en ese Estado- y evitar la injusta acusación de Jones, un negro cuya sentencia es la pena de muerte.

En paralelo, Parker es también el blanco de un predicador que amenaza la vida de su familia. Si bien consciente del peligro, no puede evitar responder al llamado de su amigo Elliot quien le pide ayuda para salvar al negro Jones de una muerte injusta. El trasfondo de la situación no es ni más ni menos que el pasado de dos familias enfrentadas: una de blancos y otra de negros. Los ricos contra los esclavos.

Convergen allí otros personajes que de a poco van dándole contexto a una situación que raya lo paranormal cuando se ven perseguidos por el pasado. Se trata de un misterio que necesita una pronta resolución y que no es tan simple como parece. Hay algo oculto, cosas que todo un lugar calla. Historias que atormentan a muchos, sed de venganza por parte de otros. Mientras se desarrolla la historia, los roles van cambiando una y otra vez: los que se ven atormentados, quieren venganza y quienes buscan vengarse, se ven atormentados.

Es una novela de misterio que une todas las piezas sobre el final, donde todo tiene sentido. Tiene mucho de historia que se arrastra al presente de los personajes y condiciona los hechos. Mucho secreto hermético propio de los lugares chicos y de una situación extrema que aqueja a una familia poderosa con la que nadie se quiere meter.

Si bien tardé en sentirle el gustito, volver a leer una novela de suspenso de estas características me dio satisfacción. Recordé y ratifiqué mi propia necesidad de que la trama sea tan compleja que cuando todo finalmente tiene sentido, me pregunte: ¿El autor piensa toda la historia o va uniendo los hilos a medida que escribe? No debería seguir preguntándomelo porque ya he crecido como para saber que nada es al azar. No obstante, no se me puede culpar de haber reformulado esta pregunta cuando hacía años que no tocaba un libro así.

Fue esa sensación la que me dio este libro. Aquella que al instante me hizo recordar todas las novelas de misterio. La imagen de Agatha Christie y su “Navidades trágicas”, que al cerrarlo me dejó impresionada por la capacidad de despistarme para que no resolviera el misterio. Así me pasó con El camino blanco. De la mano de John Connolly, volví a admirar a aquellos autores que me acercaron y me aferraron a la lectura como mi pasatiempo favorito. Eso es volver a mis raíces.

Rosario Arán (rosearan@librosyliteratura.es)

3 comentarios en «El camino blanco»

  1. Georgi: Ya nos contarás si te gustó!

    Goizeder: Exacto!!! En realidad, lo tomé prestado por esa razón. No soy muy quisquillosa con los géneros excepto la poesía y auto ayuda jajajaa. El resto, intento leer todo lo que pueda porque me gusta conocer géneros y autores.

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