Reseña de la novela gráfica “El cascanueces y el rey de los ratones”, de Natalie Andrewson
¿Quién no conoce el clásico El cascanueces? Yo siempre he oído hablar de esta historia, pero creedme cuando os digo que nunca había tenido la oportunidad de leerla y cubrirme con su magia.
Así que, como últimamente tengo sed de novelas gráficas, no dudé cuando me topé con esta adaptación que hoy os traigo: El cascanueces y el rey de los ratones, de E. T. A Hoffmann. Una versión maravillosa, llena de color gracias a las magníficas viñetas de Natalie Andrewson.
Esta novela se lee en una tarde y os puedo asegurar que es ideal para que los más pequeños de la casa conozcan este clásico de una forma divertida y amena, pudiendo disfrutar al máximo con su historia. Seguramente sean los preadolescentes los que más van a sacar partido de esta adaptación, ya que son aquellos que quizás busquen leer libros no demasiado extensos pero tampoco extremadamente cortos. Con lo cual, aquí tienen la oportunidad de acercarse a un clásico contado a través de hermosas y llamativas viñetas, con pequeños textos y mucha imaginación.
De verdad que es imposible aburrirse a lo largo de sus páginas y yo he disfrutado como una niña al adentrarme en esta historia. Una historia que nos habla de Marie, una niña con la cabeza llena de sueños y bondad, mundos fantásticos y cuentos de hadas. Un día, el padrino Drosselmeier les regala a ella y a su hermano Fritz un cascanueces. Desde entonces, nada será lo mismo. El cascanueces es un muñeco feo y desproporcionado, pero Marie tiene un corazón enorme y le coge cariño, le protege y le quiere. Y aquí es donde ficción y realidad se fusionan, ya que Marie será testigo de una guerra entre el cascanueces y el rey de los ratones y ella estará dispuesta a darlo todo con tal de ayudar a su nuevo amigo. ¿Saldrán las cosas bien para Marie? ¿Vencerá el cascanueces al rey de los ratones?
Esta historia como os digo es una delicia, un canto a la imaginación y a no dejar de perseguir nuestros sueños, por muy duro que sea el camino. Digo esto porque precisamente ese es el mensaje que quiere transmitirnos Natalie Andrewson con su versión. Al final del libro podemos encontrar una nota de la autora donde nos cuenta su experiencia con este clásico y cómo desde niña se sintió muchas veces en la piel de Marie, ya que tanto el entorno de una como otra no veía con buenos ojos el hecho de que tuvieran tantísima imaginación.
La verdad es que yo también me he sentido siempre un poco como Marie y Natalie, siempre como un bicho raro por soñar e imaginar otros mundos con personajes increíbles de cuento. Los adultos no lo veían bien y preferían que los niños tuviésemos los pies en el suelo. Pero pienso yo, ¿qué sería de nosotros sin imaginación? Meras cabezas pensantes aburridas. Y lo más difícil es conservar esa imaginación cuando crecemos, pues si ya de niños somos considerados un poco raritos, de adultos ni os cuento. De verdad que es una pena que nuestra sociedad marque las pautas y nos haga renunciar a nuestros sueños llenos de luz y creatividad solo para ser aceptados en un mundo gris y lineal.
Marie se siente así. Sus padres están cansados de sus cuentos, y ella se ve obligada a esconder todo lo que empieza a experimentar junto al cascanueces. Pero aun así, la vida da muchas vueltas y una niña como Marie tendrá su recompensa. ¿Cuál será? Bueno, para eso es necesario que os animéis a leer esta preciosa novela gráfica que ha adaptado la historia de El cascanueces y el rey de los ratones. Vuestra imaginación nunca os lo va a agradecer tanto.