El caso del mayordomo asesinado

El caso del mayordomo asesinado, de Marco Malvaldi

¿Os ha sucedido alguna vez que vais por una librería y os parece todo igual? Eso me sucedió hace poco cuando pasaba por la sección de literatura negra y policíaca. Observaba los títulos, daba la vuelta a los libros, y me encontraba, a pesar de que el contexto y los casos fueran diferentes, que había algo en común que convertía a aquellos libros en unas imágenes que se repetían una y otra vez. Llegados a este punto, le pregunté a un compañero si podía recomendarme algún libro de este estilo que fuera diferente, y ni corto ni perezoso, se acercó a la estantería, estiró su mano, y sacó un libro pequeñito en su extensión que se llamaba El caso del mayordomo asesinado. ¿En serio?, le pregunté. En serio. Y fue tal la decisión que era obvio que aquel libro tenía que ser leído más tarde o más temprano. Y resulta que no se equivocaba lo más mínimo al habérmelo ofrecido sin miramientos, porque resulta que ha sido una de las lecturas más frescas que me he encontrado en este género, y que sorprende a propios y extraños por su sencillez, pero por otro lado, por el gran divertimento que encierra en su interior. Estáis a punto de entrar en el caso de un mayordomo asesinado, pero en realidad esto contiene mucho más…

Una mañana, el castillo del conde Alinaro Bonaiuti, se despierta conmocionado al encontrarse el cadáver de su mayordomo en la bodega. En entonces cuando, entre interrogatorios y resultados de pruebas, se darán cuenta que las paredes de un castillo no sólo esconden la vida de los nobles, sino además sus más putrefactos secretos.

Hay una cosa a tener en cuenta en la literatura de Marco Malvaldi que me ha llamado especialmente la atención: los dos planos con los que se dirige al lector. Por un lado, estamos ante el argumento, el grueso de la historia, donde nos sitúa en un año, 1805 (rara época para una novela de este tipo, hay que reconocerlo) y nos invita al lector a leer aquello que sucede a los personajes. Pero por otro lado, nos encontramos con la voz del propio autor, conminándonos a entender por qué ha escrito algunas de las cosas que ha hecho, y animándonos a seguir, porque aunque parezca que ya todo está dicho, en realidad no lo está ni por asomo. El caso del mayordomo asesinado es de esas lecturas ágiles, bien montadas, narradas y exquisitas, con las que degustarías un buen plato en la cena, un manjar de esos exquisitos que nos prepararían en la casa de algún reputado personaje, y con el que conseguirías hacer una digestión rápida pero no pesada. Y sí, hay que reconocer que, como reza en una de las frases promocionales, nos encontramos, introducido en pequeños detalles, con un Sherlock Holmes en la Toscana. Y cuando uno, el que suscribe, dice eso siendo adorador hasta el infinito del personaje creado por Arthur Conan Doyle es algo a tener en cuenta.

¿Estamos, pues, ante una historia al uso de crímenes y detectives? Bueno, en su fondo desde luego que sí, esta es una historia de criminales, de bandidos, del bien contra el mal, a la vieja usanza. Pero si echáramos un vistazo a la forma, a ese continente que envuelve al contenido, nos encontraremos con algo bien distinto. No he dejado de reconocer nunca la importancia que doy, en una obra, al uso adecuado de la ironía, del sarcasmo, del humor negro. Me encanta saborear ese toque agrio de la descripción de la realidad. Y es que Marco Malvaldi no sólo lo acaricia, sino que se mete en el fango más absoluto, pero de una forma tan divertida, que es imposible desmerecer aquello que nos hace vivir al lector a través de la lectura de este libro. Se suele decir que “ser” no es lo mismo que “estar”. Por lo tanto, si entendiendo esa frase como algo completamente verdadera, digamos, o mejor dicho, imploremos, porque el autor de El caso del mayordomo asesinado haya venido a la literatura para ser parte de ella y no sólo para estar un rato y después marcharse. Se necesitan casos como éste, se necesitan lecturas como esta, que animen al lector a reír, a observar la vida con unos ojos más brillantes por la risa que contienen, y a contribuir a que se conozco más la obra de autores que, por azares del destino, pasan más desapercibidos entre tanto libro voluminoso. Al fin y al cabo, los lectores somos en parte recolectores de un saber, aquellos que tienen ganas de descubrir, ya sea a través de la librería online que aquí tenemos, o bien por otro medio, aventuras como esta novela, que puede leerse rápido, pero que permanece dentro lenta, como los buenos vinos, que con el tiempo, se degustan con otro tipo de sabor.