Reseña del libro “El circo de los prodigios”, de Elizabeth Macneal
No me podéis negar que los circos tienen algo que cautivan, que enganchan, que enamoran. Y no hablo de los típicos circos donde los animales son maltratados y expuestos, esos a los que nos llevaban cuando éramos pequeños. No. Yo hablo de esos circos mágicos que se nos presentan en las películas y las novelas. Aquellos donde la magia se oculta y las criaturas extraordinarias y poderosas nos dejan con la boca abierta.
El circo de los prodigios, de Elizabeth Macneal, ofrece diferentes aspectos atrayentes que hicieron que no me pudiera resistir a leer la historia de Nell y Toby. Por supuesto, con ese título ya nos indica que el circo es el gran protagonista, un circo de aquellos que son diferentes, únicos, maravillosos y dispares. Y si además le sumamos una ambientación espectacular en el Londres victoriano de mediados del siglo XIX, para qué queremos más.
Con esos ingredientes, tuve claro que esta novela me esperaba con los brazos abiertos, pero lo que no sabía era que iba a conectar tanto con sus protagonistas, sobre todo con Nell. Pero bueno, lo primero de todo es poneros en situación, así que si permitís que sea vuestro maestro de ceremonias por unos instantes, dejadme que os hable un poco de sus personajes y de lo que nos encontramos en esta historia.
Estamos en 1866 en un pueblo costero del sur de Inglaterra. Nuestra chica se llama Nell y vive marginada por ser distinta al resto. Las marcas de nacimiento que cubren su cuerpo son motivo para que la gente huya, se asuste, la desprecie y se ría de ella. Incluso su propio padre piensa que es gafe.
Un día todo cambia cuando a su pueblo llega el Circo de los Prodigios de Jasper Jupiter. Su padre la vende al circo y su belleza asombra a todo el que la conoce. Su amistad con Toby cada día se hace más fuerte, pero…¿es eso realmente la libertad o una jaula de oro mucho más peligrosa y difícil de romper para poder ser verdaderamente libre?
Pero no solo la búsqueda de la libertad está presente en cada página de esta magnífica historia, sino también el hecho de ser diferente y cómo eso cala en la sociedad. A través del personaje de Nell podemos ver cómo se siente una persona tan distinta al resto, su soledad, su pena, y cómo la gente saca su lado más terrible y oscuro, por curiosidad, miedo o envidia. El amor y el odio se palpan en esta historia que nos demuestra que, a pesar de haber pasado más de cien años, la sociedad de ayer y hoy es muy similar con respecto a los sentimientos que despiertan en las personas aquellos que se diferencian por ser distintos de algún modo. Es cierto que en la actualidad afortunadamente y paso a paso se están superando esas barreras y la gente se ha vuelto más abierta de mente. No obstante y bajo mi punto de vista, todavía quedan obstáculos que debemos superar para no tener prejuicios, para entender y comprender a los que no sean como el resto.
Por otro lado, el estilo narrativo de Elizabeth Macneal me ha gustado mucho. Esta es la primera vez que la leo y no será la última. Su forma de introducirnos en esa época victoriana y de presentarnos a los personajes es directa, sin distracciones, pero delicada y llena de matices. Con una narración a tres manos entre Nell, Toby y Jasper, el lector se siente dentro de cada uno, experimentando sus sensaciones, sufriendo con ellos y viendo la vida como cada uno la ve. Así podemos entender cada punto de vista. Además, a través de cada perspectiva se nos da la oportunidad de conocer al resto de personajes secundarios, como Stella, Burnett o Dash, y comprobar que cada uno de ellos es excepcional.
Sin lugar a dudas, El circo de los prodigios ha resultado ser una historia inolvidable que no sólo nos ofrece una ambientación circense de lujo en una época que adoro, sino que también explora la relación entre hermanos, entre Toby y Jasper, y la necesidad de escape de Nell, de su búsqueda de libertad. Una novela que nos habla de amistad, de poder, de dinero, de fama, y todo ello a través de unos personajes muy humanos y diferentes entre sí que se han colado en mi corazón.
Pues si, es imposible resistirse a este tipo de historias. Enhorabuena por la reseña
¡Muchas gracias!