Tengo que reconocer que no había oído hablar de Jonathan Coe hasta que descubrí esta novela. Y tampoco que esta era la última entrega de una serie dedicada a la Inglaterra de finales del siglo XX y principios del siglo XXI, que empezó con El club de los canallas (2001) y siguió después con El círculo cerrado (2004). La “buena” noticia con la que me encontré es que se podían leer de manera independiente, por lo que decidí empezar por este por la actualidad de los temas que trataba.
No es fácil encontrar una novela de ficción con un trasfondo político como el Brexit que no se trate sea propiamente de una obra puramente política. Creo que por este motivo El corazón de Inglaterra me llamó la atención en un primer momento, ya que quería saber cómo plasmaba un problema tan complejo que no solo preocupa a los británicos, sino también a millones de ciudadanos en todo el mundo, a través de una historia ficticia.
Todo comienza en 2010, con la muerte de la matriarca de la familia protagonista de esta historia. Allí empezamos a conocer a los distintos miembros de esta familia británica de clase media y a sus respectivas parejas, amigos íntimos y otros personajes que van apareciendo a lo largo de la novela. Y lo que al principio podía parecer un libro únicamente costumbrista (que también lo es, y bastante bueno), digamos en sus apenas primeras 70 páginas, se convierte también en un telón de fondo de cómo se va gestando la mentalidad que llevó a la campaña del Brexit. Y, a lo largo de las páginas, vemos cómo los diferentes personajes se ven envueltos en circunstancias personales y profesionales que les hacen plantearse su identidad más patriótica hasta alejarse, e incluso, separarse de sus seres queridos simplemente por sus opiniones políticas, que cada vez se acercan más al plano emocional…
Y lo más interesante de todo es cómo el autor logra plasmar la enorme complejidad de todos estos pensamientos, sentimientos, emociones y valores, no solo a través de las historias individuales de sus personajes, sino también recurriendo al humor. Puede parecer prácticamente imposible (yo también lo creía), pero es precisamente este recurso el que creo que hace que nos acerquemos más a este libro y que, los que conozcamos menos la situación social del país, lleguemos a entender qué es lo que ocurre exactamente y cómo se sienten realmente los británicos. Especialmente los que se encuentran en el corazón de Inglaterra, los que se creen los “olvidados” del país. Y cómo se desarrollan todos los cambios a lo largo de casi 10 años.
Creo que lo mejor de leer El corazón de Inglaterra es que logra acercar la realidad del Brexit, sus orígenes, causas y sus posibles consecuencias, a través de una serie de historias personales de personajes, muy diferentes entre sí, con vidas normales y corrientes, que podríamos ser cualquiera de nosotros. Y esta posibilidad que nos ofrece la novela de empatizar tan fácilmente con sus protagonistas hace que nos pongamos en su piel y reflexionemos sobre una cuestión que amenaza realmente (ya no en un plano ficticio) al país, a Europa y al mundo entero. Una crisis de valores, una amenaza real y una reflexión sobre el patriotismo que se refleja directamente en las vidas de sus personajes. Y creo que este es, precisamente, un ejemplo claro de cómo la literatura también es una ventana para pararse a pensar sobre cómo el plano más emocional de cada uno de nosotros, y en nuestro conjunto, influye positiva y negativamente en la construcción de una sociedad.
Y, al finalizar el libro, después de todas las emociones que transmite, te preguntarás (tal y como hice yo): ¿qué ocurrirá finalmente? ¿A qué nos llevará esta reflexión? Sin embargo, quizás deberíamos preguntarnos si esta reflexión, tan necesaria, es más emocional que racional. Cómo somos capaces de dejarnos llevar por la parte más irracional de nuestra mente en cuestiones tan relevantes como el futuro de una sociedad.