En El corazón verdadero, la autora británica Sylvia Townsend Warner nos conduce a 1873, en plena Inglaterra victoriana. Sukey Bond es una adolescente que acaba de salir del orfanato donde ha pasado sus últimos años y es enviada a un granja de Essex, a realizar tareas domésticas. Allí conocerá a Eric, un joven que la trastocará por completo, enamorándose perdidamente, solo como dos jóvenes solitarios y algo incomprendidos pueden hacer. Eric le hará a Sukey promesas de amor, pero un hecho cambiará el rumbo de los enamorados, llevándose a Eric lejos de Sukey y a Sukey a empezar una verdadera odisea que la devuelva de vuelta a él.
Nos hallamos ante una novela que a mi parecer, es peculiar. Pero peculiar en todo el buen sentido de la palabra. La he encontrado muy diferente y me da la sensación de que se trata de una pequeña joyita literaria que ahora la editorial Gatopardo se ha encargado de recuperar. Siempre que empiezo una novela y no conozco a la autora, intento investigar un poco sobre ella. En este caso, confieso que no sabía nada sobre Sylvia Townsend Warner y en mi búsqueda sobre la misma, he llegado a la conclusión de que una vez más, nos encontramos ante una escritora injustamente desconocida y olvidada. Fue una adelantada a su tiempo: escribió historias que trataban temas peliagudos para la época: sobre feminismo y posición de la mujer en la sociedad patriarcal, sobre la homosexualidad, el rechazo a la religión, etc. Pues bien, en El corazón verdadero, la autora nos presenta una protagonista aparentemente muy victoriana: Sukey es una joven tímida, bondadosa, discreta y prudente, pero al mismo tiempo, es una muchacha llena de fuerza interior, capaz de desobedecer si ello la llevará a cumplir con sus objetivos, además de que curiosamente, a pesar de que su mundo hasta el momento era muy reducido, protegida siempre entre las cuatro paredes del orfanato, aún así, no siente miedo. Y precisamente eso es lo que más me ha gustado de la novela, el hecho de que Sukey a pesar de que debería ser un ejemplo de virtud de mujer victoriana, no se deja amendrentar por ello y sigue su camino. Como he mencionado anteriormente, al inicio de la novela, en la granja de Essex, Sukey conocerá a Eric, quien convive con ella, pero quien no es hijo de la familia que la acoge. Eric es un joven que sufre de algún síndrome que no logramos discernir y sobre quien todos tienen la opinión de que es poco inteligente y por ello, una carga. Sin embargo, Sukey no hace caso de los prejuicios, y se queda prendida de su bondad y generosidad, y entre los manjales, Eric y Sukey, dos invididuos que por sus circunstancias se sienten solos, se acercarán de manera natural y compartirán momentos de complicidad. Probablemente otro de los elementos de esta novela que más me han gustado sea la ambientación de los manjales, de esa isla a la cual Sukey va a parar, tan húmeda y algo tétrica, por lo que por ello, considero que este libro es una lectura ideal para el otoño. Así pues, a raíz de un desafortunado hecho, Eric será arrebatado de la compañía de su amada y Sukey tendrá que emprender un camino que la llevará a concertar una visita con la reina Victoria de Inglaterra para recuperarlo.
En conclusión, creo que El corazón verdadero es una muy buena lectura para aquellas personas que sienten devoción por las novelas intimistas, de estilo victoriano y con una buena ambientación otoñal.