El coronel Chabert, de Honoré de Balzac
La novela cuenta la historia del coronel Hyacinthe Chabert, que, tras luchar heroicamente en la batalla napoleónica de Eylau, en 1807, es dado oficialmente por muerto y enterrado en una fosa común junto a los demás caídos en combate. Lo que no espera nadie es que el coronel, pese a estar gravemente herido y haber sido pisoteado por ambas legiones, logra recuperar el conocimiento y salir de la fosa de entre la multitud de cadáveres apilados que lo rodean.
Desde entonces el que fuera un gran guerrero se convierte en un triste y enfermo mendigo que cuando no se encuentra en un hospital vive de la caridad. Deambula de un sitio a otro sin ser siquiera consciente del tiempo, de su estado o su vida anterior. Pero poco a poco va recuperándose y pasados diez años decide volver a París para recuperar la que fue su vida, incluida su mujer, su fortuna y, por supuesto, su identidad.
Sin embargo lo que allí encuentra no son más que puertas cerradas y frustración. Nadie cree que él sea el valiente coronel Chabert. Ni siquiera su mujer que, heredera de todos sus bienes y casada ya con otro hombre del que tiene dos hijos, reniega de él y finge no conocerlo. Sin saber muy bien qué hacer, el coronel Chabert recurre a Derville, el único procurador que no sólo le cree sino que también decide ayudarlo a recuperar si no su esposa, sí su nombre, su dinero y su honor. Pero todo son problemas y saltos de mata a los que no hay preparación posible. La casi imposibilidad de conseguir unos papeles que demuestren que él es quien es, el rechazo de todo el mundo, las burlas, la falta de liquidez para vestirse siquiera como alguien normal y no como un indigente nos hacen sentir en piel propia, como si nosotros fuéramos el propio Chabert, una rabia inconmensurable hacia la falta de justicia y bondad. Él, que debería beneficiarse de todos los honores posibles, es tratado como un don nadie sin derecho a nada.
En definitiva, Balzac perfila en esta obra una crítica hacia la corrupción política, la ambición, las acciones interesadas y la poca humanidad que tanto él como su personaje vivieron en su propia piel. Pese a todo es una bella novela en la que la grandeza de su protagonista no pasa por alto. Vemos cómo entre tanta miseria y mezquindad aún brilla la bondad del coronel, su modestia, su desinterés. Nos demuestra que la nobleza, lejos de ser un título que se gana o se pierde, va con la persona y se lleva por dentro. Por eso, por la ternura que desprende, el coronel Chabert es un personaje entrañable que quedará para siempre en nuestra memoria.
Y si lo pensamos bien, el espléndido final es fácilmente el reflejo de nuestra sociedad actual. No hay más que vernos y estudiarnos para saber que el destino de Hyacinte Chabert no podía ser de otra manera que el que Balzac nos muestra. No dejen de leer esta obra porque, ya les digo, es demasiado buena para ignorarla.
Yo también leí “El coronel Chabert” después de “Los enamoramientos”. Una gran novela: parece mentira que una historia sobre un veterano de las guerras napoleónicas pueda ser tan actual.
Y ahora deberías releer el libro de Marías y tal vez todo se entienda aún mejor; qué fuerte es que lo que determine una personalidad sea su imagen y no su persona. Muy linda reseña!
Claro que no la he leído aún pero si la tengo en edición original francés , aún no la leó pues leerla en su original tardo mucho ya la leeré , puedo agregar mas , basta por ahora queda de usted muy agradecido .
Jorge