El día del oprichnik, de Vladimir Sorokin
Nunca juzgues a un libro por su portada. Literalmente, yo hice esto. El hecho de que en la cubierta confluyeran mis gustos -color favorito, una estructura, palabras ligadas a una de mis culturas preferidas- me ubicaron delante del libro. El azul intenso de trasfondo para una Catedral de San Basilio inundada, bajo el nombre de Vladimir. Rusia. El día del Oprichnik de Vladimir Sorokin transporta al lector a una Rusia imaginaria -pero no tanto- durante el año 2027.
Al mejor estilo de autores como George Orwell o Aldous Huxley, Sorokin establece en un lugar real una situación irreal para encubrir una crítica. Su protagonista es Andréy Komyaga, un Opríchnik de la Nueva Rusia y durante todo el relato, nos permite vivir un día de su vida junto a él como una persona invisible que camina detrás de sus espaldas.
Para entender mejor, La Opríchnina fue creada por el ya conocido Iván el Terrible. Era su guardia personal y dada la reputación de Iván no es difícil imaginar la violencia que caracterizaba a sus integrantes. Sorokin los trae de vuelta para proteger al Soberano y allí Komyaga se encargará de cumplir con sus tareas: matar a quien se oponga al régimen, resolver la situación de la Soberana y su amante. Dentro del territorio irá de un lado a otro atendiendo los distintos asuntos cuyos premios son privilegio de quienes son cercanos al poder. La droga es un elemento totalmente permitido al igual que el abuso de las viudas de aquellos hombres que han sido arrebatados de sus posesiones sin explicación alguna. Premios a los dedicados Oprichníks.
No soy una gran admiradora de este tipo de novelas pero a medida que me adentraba en este libro, no podía dejar de ser parte de este pequeño mundo creado por Sorokin. El autor es conocido en la Rusia actual (y real) como un disidente del gobierno de Putin. Al igual que Orwell con su Rebelión en la Granja-una crítica a la figura de Stalin y su régimen-Sorokin compone una historia que deja ver el entramado futurista de una Rusia que logró emerger de sus cenizas y que, sin embargo, no puede desprenderse de su pasado zarista con una figura temible dispuesta a mantener aterrorizada a sus habitantes.
Mientras caminé detrás de Komyaga, la brutalidad se hallaba en cada página y los diálogos duros demuestran una personalidad hermética en el personaje principal, ideal para llevar adelante las tareas. Es un acérrimo defensor de los textos únicos y de las ideas que desprecian al resto de los países para consolidar una Rusia que sólo consume lo suyo. En conclusión, un personaje sin ambiciones emocionales y sólo un instrumento de Sorokin para aventurarnos en la cotidianeidad de un país que parece extraño pero que, entre líneas, para él no está lejos de verse hecho realidad.
Es un libro ágil y que deja esa sensación de admiración hacía la creatividad del autor para explicar-y criticar-una forma de hacer política. Sinceramente creía que ya se habían escrito todos los libros necesarios para comprender el último siglo de una forma sencilla pero directa. No me equivoqué en juzgarlo por la portada pero sí en creer que no necesitaba más explicaciones: me faltaba este libro para pensar hacía donde podría ir Rusia.
Rosario Arán
este autor vino a presentar su libro al a FIL 2009 y una de mis hermanas pudo ir a ella y regresó fascinada con el autor. Me gustó mucho tu reseña y queda anotado en mi plan infinito ¡gracias!
Gracias Ale por tu comentario!!!
Me alegro que este libro encuentre un lugar en tu plan infinito!
Que suerte tu hermana de poder conocerlo. Sin duda, Sorokin es un escritor sumamente interesante y en Rusia tiene muchísima fama. Genera controversia y quienes analizan la ex Unión Soviética, hoy en día no pueden dejar de mencionarlo porque es un actor clave en el presente ruso.
Saludos!
La verdad es que es un libro intersante, aunque, como a tí, lo que más me llamó la atención es su maravillosa portada!!!!
Buena forma de definirlo, César.
Que bueno que no soy la única que se deja llevar tan sólo por la portada del libro!!!
Me encantan los libros fuertes y casi apocalípticos. Una muy buen opción!
Tanto me gustan las imágenes que me dejo cautivar y más si van asociadas a un libro. Es inevitable dejarse llevar por una portada, es lo primero que te encuentras y lo que atrae tu atención cuando recorriendo las estanterías de una librería intentas descubrir una historia interesante. Imagen sugerente, historia apetecible. Tomaré nota para una próxima lectura.
Qué buena pinta tiene este libro, y no sólo por la portada, sino también por la reseña. Soy un enamorado de todo lo ruso, aunque no tengo muchas ocasiones de leer mucha de su literatura contemporánea. Este libro cae seguro.
Un saludo.
Lamiradadejulia: Gracias por tu comentario. Es acertado lo que decís. Aún hoy esta portada me cautiva. Los colores y Saint Basil’s cathedral me encantan.
El niño Vampiro: Si, a mí me gusta mucho la literatura rusa pero admito que no he leído nada…con tantos buenos autores que hay de la clásica rusa. Pero de la contemporánea, sin duda Sorokin es un infaltable. Gracias por tu comentario.