Reseña del libro “El estudiante de Salamanca y otros grandes éxitos”, de José de Espronceda
Sé que no tengo perdón. Yo, amante de la poesía, de las obras clásicas, de los autores románticos y de las historias que marcaron un antes y un después en la Literatura, todavía no había leído El estudiante de Salamanca. ¿Y cómo es esto posible? Pues la verdad es que no tengo ni idea, porque creo que en casa siempre ha habido un ejemplar de este libro y también recuerdo haber oído hablar de él en clase. Lo que no entiendo es por qué no llamó mi atención entonces, cuando con quince y dieciséis años leía un clásico tras otro y nunca parecía ser suficiente.
En fin, supongo que para todo hay un momento en la vida. Así que cuando vi que la editorial Alba (a la que adoro por el gran trabajo que hace y a la que estaré eternamente agradecida por traernos las obras que nos trae, y además con un gusto exquisito) iba a publicar una nueva edición de este libro, ni me lo pensé. Quería descubrir qué esconden las palabras de José de Espronceda, esas que han hecho que esté en todos los manuales de literatura española y que tanto ha dado de qué hablar.
No sé ni cómo explicar lo que me ha gustado este poema. El resto, también. Pero este en concreto… Es que lo he disfrutado como si fuera una niña pequeña. Además, me he permitido el lujo de leerlo en voz alta —lo que me ha hecho comprender el entusiasmo con el que recitaba mi profesora de Lengua en el instituto— y con cada verso que decía me iba quedando más y más alucinada. Qué forma de rimar, qué forma de jugar con las palabras, qué forma de hacer de un poema una canción.
Por no hablar de la historia que cuenta. Entre lo divertido y lo tenebroso, Espronceda nos presenta la historia de Félix de Montemar, un tipo que va a conocer lo que es la muerte y al que le van a suceder cosas tan curiosas como la de presenciar su propio entierro. Montemar es, además, un personaje muy donjuanesco, un poco bala perdida, que termina por romper el corazón de Elvira, cuyo hermano, muy enfadado, se las verá con él.
El estudiante de Salamanca es un cuento versado que entretiene desde la primera página y que te absorbe como si no existiera nada más alrededor. Se lee de un tirón y te atrapa hasta que decide soltarte, justo al final, justo en el clímax.
Voy a hacer un pequeño inciso para aquellas personas a las que la poesía «les eche para atrás»: ¡no tengáis miedo! Espronceda escribe con un lenguaje tan claro y amable que cualquiera puede entenderle. Casi no hay mensajes ocultos (está claro que, siendo un autor romántico, alguna referencia habrá que se nos escape, pero eso no es problema para comprender lo que dice) y la historia es clara como el agua. Además, esta edición cuenta con un prólogo antes de cada bloque de poemas (uno solo dedicado a este cuento) donde nos explican un poco el contexto histórico y social para que podamos entenderlos mucho mejor. Por no hablar de las explicaciones de las citas, que pudieran parecer irrelevantes pero que en realidad nos dicen muchísimo de la historia que el autor empieza a contar.
De verdad os digo que hacía mucho tiempo que no disfrutaba de un libro como lo he hecho con este. Me he reído, me he emocionado, me he sobresaltado y he sentido cada una de las palabras que escribió el autor. Y eso, amigos, eso es el poder de la Literatura.