El evangelio según Loki

“El evangelio según Loki”, de Joanne M. Harris

Ay, Loki, Loki… las lía pardas. Pero, ¿qué sería de Asgard y de las Eddas sin su aparición? Bueno, vale. Posiblemente… ¡no!, con toda seguridad no sucedería el Ragnarök (o batalla del fin del mundo) y los dioses, sobre todo Odín, vivirían más tranquilos y relajados, sí. Todos comiendo y comiendo sin fin como Obelix y bebiendo cuernos y cuernos de hidromiel, acostándose con esta y aquella y luchando entre ellos o contra gigantes por mera diversión, porque sí, porque es lo que siempre han hecho y lo que les gusta…

Pero faltaría algo. Si no existiera no habría chicha en las historias, no tendría gracia la mitología nórdica (una mitología que le da mil vueltas a la cristiana, pues es mucho, pero muuucho más entretenida). Loki es el contrapunto necesario. ¿Nos imaginamos a Batman sin el Joker? No es buen ejemplo porque anda que no tiene villanos Batman… para dar y regalar. Pero ya me entendéis.

Hasta ahora siempre hemos conocido la “versión oficial” de lo sucedido por vías ortodoxas (Eddas y Sagas), pero lo que leemos en El evangelio según Loki es, como su nombre indica, la versión de Loki.

Loki, el Embaucador, el Dios de las mentiras, el cambiaformas, el astuto, el Dios del Caos… tantos nombres para referirse a un personaje que, a pesar de vivir entre los dioses, nunca se verá plenamente integrado en su comunidad, ni querido por ellos. Pero, ¿cuántas veces ha salvado Loki la situación? ¿Cuántas veces ha sacado a los dioses de líos? Sí, es cierto que muchos de los líos los ha originado él, pero los resuelve cuando no queda otra (puede que creando otros nuevos) y, repito: ¡qué coñazo sería Asgard si no!

Joane M. Harris nos hace ver la incomprensión de la que es objeto Loki. Nos cuenta un origen diferente al que hemos visto en cómics y películas. Aquí, (y en realidad, como dicen los poemas) Loki es lo más parecido a un hermano de Odín y no de Thor. Un ser de fuego, hijo del Caos, que, harto de su forma y de permanecer en los dominios del fuego destructor, decide tomar cuerpo y al encontrarse con Odín este promete convertirle en un dios a cambio de poner su talento a su disposición.

A partir de este comienzo Loki nos irá contando las archiconocidas aventuras que vivió y protagonizó bien con Thor, bien con Odín, Idun, … La construcción de la muralla de Asgard, la gracieta de cortar el pelo de Sif, esposa de Thor, que propició la creación de Mjolnir (el martillo); las apuestas en Utgard; la desaparición del martillo y cómo Thor tuvo que disfrazarse de doncella para recuperarlo; la curiosa progenie de Loki… y muchas más, entre ellas, por supuesto el incidente con Balder, primera de las señales de que el Ragnarök se acerca.

Todas ellas se nos cuentan con un lenguaje actual, con metáforas y comparaciones actualizadas, que hacen que la lectura sea fácil, amena, muy llevadera y que facilita también la guasa y desparpajo de Loki.

¿Hace falta conocer la historia “oficial”? Pff… es difícil decirlo. Yo diría que sí. Si se quiere entender bien este libro hay que conocer los antecedentes pues hay cosas que no se explican del todo o se dan por supuestas. Se puede leer sin tener idea previa de nada de mitología nórdica, pero te perderás detalles. En cualquier caso, si lo lees sin más, si te gusta la historia que cuenta, no me cabe duda de que te procurarás lecturas que amplíen y complementen El evangelio según Loki porque, como ya he dicho antes, esta mitología es tan entretenida, supera tanto a la cristiana y engancha de tal manera que no se puede leer solo un libro.

El evangelio según Loki explica el porqué de la manera de ser de Loki, su resentimiento hacia Odín y los otros dioses, su venganza, sus motivaciones.

“Si sucedía algo, sería culpa mía: desde la pérdida del brazo de Tyr hasta el hecho de que la nueva oda de Bragi no cuajara. ¿Qué los pasteles de Sigyn no subían lo bastante? Culpa mía. ¿Que las gentes del hielo se reunían en el Bosque de Hierro? Pues cosa mía. Yo era la nota discordante de la sinfonía, la cucaracha que asoma en el pastel de bodas, el oso al que pillan hundiendo la zarpa en el tarro de la miel, la cuchilla en el bote de las galletas. Nunca había encajado en Asgard, pero jamás había tenido tan claro hasta qué punto me rechazaban los dioses. Me odiaban. Querían verme lejos de allí. Incluso mis hijos. Incluso Odín…”

Le comprendemos aunque no siempre aprobemos su conducta, pero es que Loki es, sencillamente… Loki.

Si habéis leído algún cómic de Thor, si habéis visto alguna de las pelis (Los Vengadores, Thor), si os gusta la mitología… o si no, si no tenéis ni idea, también: haceos un favor y leed este libro. En cierto modo, no deja de ser un libro igual de válido que las sagas y eddas y, desde luego, entretenido es. ¡Pardiez! De eso es de lo que se trata al leer un libro, ¿no? De evadirte y pasarlo bien. Pues por Odín y los nueve mundos, con este eso obtendréis.