Reseña del libro “El gallinero”, de María José Floriano y Federico Delicado
El gallinero es el nombre que recibe un lugar dentro de la Comunidad de Madrid (España) donde viven miles de familias en situación de vulnerabilidad (es decir, en condiciones insalubres). Tras décadas hablando de realojar a esos niños y a sus familias, tras ver cómo los que antes jugaban ahora buscan trabajo, ahí siguen, aún no les han encontrado un sitio mejor.
Con “El gallinero”, la editorial Kalandraka quiere dar visibilidad a esos niños y niñas que buscan un futuro mejor, a los que les gusta jugar y a los que les gustaría vivir en un lugar con cuarto de baño e ir a un colegio donde dejaran entrar a los caballos.
La historia la firma María José Soriano (que nos regala una preciosa dedicatoria al principio de la obra) y está ilustrada por Federico Delicado. Tanto el trabajo de una como el del otro, nos enseñan una situación siempre silenciada por los que deberían buscarle solución, y si no es porque al final del libro la propia autora nos explica que estamos en Madrid, podríamos pensar que está situada en unas favelas, unas chabolas o slums, dependiendo del país donde se encuentren éstas.
La historia es claramente identificable con cualquier lugar del mundo donde no se tiene oportunidades de prosperar. Los niños y las niñas ven como los miembros del circo al que pertenecen sus padres y madres hacen cosas extraordinarias como andar sobre cristales o realizan acrobacias imposibles. Y ellos, que probablemente han heredado esas capacidades, realizan día tras día algo muy parecido: caminan descalzos esquivando botellas rotas, sobrevuelan coches de policía, contorsionan sus cuerpos intentando pasar por debajo de alambradas de alambre,… lo que para otras personas es algo peligroso, para esas criaturas es sólo un juego.
Las ilustraciones que encontramos en El gallinero, en algunas ocasiones parecen fotografías que alguien realizó en algún momento y que después ha transformado en dibujo. Pero no es el caso, y los ojos de esos niños y niñas tienen vida propia. Hay una en particular, en la que están cruzando unas vías de tren donde una niña “mira a cámara” y puedes deducir por su mirada que se lo está pasando genial aún a sabiendas que lo que están haciendo puede ser considerado una travesura. Y en otra de ellas, el niño que narra el cuento está acariciando un pero famélico mientras observa como los adultos recogen las pocas pertenencias que tiene la familia porque los desalojan del lugar.
El gallinero de Kalandraka Editora, es un libro ilustrado, un cuento para que los niños y las niñas conozcan la realidad de otros que no tienen la suerte de haber nacido como ellos en el barrio correcto. Y también es una novela que habla de los sueños de la infancia, cuando aún no se conoce toda la realidad que rodea el mundo de los adultos y, por ello, aún se atisba la esperanza.
El gallinero es una historia de gente adulta que nunca se rinde y de gente menuda que la apoya y sabe seguir su ejemplo y sus consejos.
El gallinero es una bonita forma de ver la realidad en las afueras de tu ciudad, porque ten por seguro, que en la tuya también están.