Son muchas las cosas que me fascinan de J. K. Rowling pero una de las que más me ha sorprendido siempre es la habilidad que tiene de conectar todos y cada uno de los detalles de sus historias. Hace tiempo vi la película titulada Más allá de las palabras que contaba los inicios de esta escritora. A mí me impresionó ver lo duros que fueron sus inicios. Realmente Harry Potter estuvo siempre dentro de su cabeza y en un momento dado de su vida, empezó a verlo por todas partes. Como si fuera una señal que le estaba dando a entender que tenía que plasmar en papel todas aquellas ideas. En esa película se ve cómo ella va en un tren muy parecido al Expreso de Hogwarst y aparece una anciana con un carrito de café. Al instante, la anciana se convierte en una bruja con un gran sombrero y dentro del carrito empiezan a surgir ranas de chocolate y todo tipo de dulces que bien podrían haber salido de Honeydukes. En otra escena, se ve cómo ella va al banco a pedir un crédito y el señor de la ventanilla —nada amable y que se niega a ayudarla— se convierte en un duende gruñón, como aquellos que se encargaban de cuidar los tesoros ocultos en Gringotts.
Absolutamente todo lo que cuenta en sus libros tiene una explicación, todo tiene una razón de ser. Y eso a mí, que he intentado más de una vez crear una historia más o menos larga, me parece admirable; ya que es muy sencillo que las historias (y más concretamente los detalles) se pierdan por el camino y no se le den la importancia que merecen. Podemos encontrar detalles en el primer libro que están directamente relacionados con el quinto. Y esa es la tónica que sostiene durante los siete libros de la saga. Yo la he leído dos veces y estoy segura de que cuando la vuelva a releer (tarde o temprano acabaré haciéndolo) encontraré más detalles que había pasado por alto.
Así que no es de extrañar que Jody Revenson haya optado por crear una serie de enciclopedias que desgranen al mínimo esta maravillosa saga. Con la obra que nos ocupa, El gran libro de los artefactos de Harry Potter, van cuatro, ya que anteriormente publicó las enciclopedias referentes a los personajes, a los lugares y a las criaturas. Lo primero que impresiona es su tamaño, ya que más o menos es tan grande como un folio. Y, lo segundo, es la calidad del papel con el que está hecho. Las fotografías y los dibujos, a todo color, tienen un brillo y un tacto que enamorará a cualquier amante de los libros. Y, por supuesto, a cualquier seguidor incondicional de la saga.
El gran libro de los artefactos de Harry Potter reúne en sus doscientas páginas todos los cachivaches, objetos e inventos que salen en la saga original. Y, como no podía ser de otra manera, el primer objeto del que nos habla es, ni más ni menos, la carta de acceso a Hogwarst con la que todos hemos soñado alguna vez. Yo la estoy esperando desde que cumplí los once años. Quizá algún día llegue. También habla del giratiempo, por supuesto, explicando su funcionamiento con el más mínimo detalle. También hay un hueco para las varitas e incluso para las escobas. Y así, recorre todos y cada uno de los objetos que nos son tan familiares, dando a conocer sus orígenes, el material con el que están hechos y multitud de datos que cualquier friki de Harry Potter debería saber. ¡Es que incluso nos habla de la publicidad que aparece en El Quisquilloso! Lo que os decía, hasta el más mínimo detalle.
No puedo terminar esta reseña sin mencionar que, al final del libro, hay un pequeño sobre cuyo contenido no voy a desvelar. Yo no lo sabía hasta que lo vi, así que imaginaos qué sorpresa me llevé. Estoy más que contenta de que esta saga no se deje en el olvido y que sigan saliendo libros como este, que me hagan viajar de nuevo a Hogwarst, el sitio que fue un hogar para mí cuando más lo necesité.
Supongo que el sobre sera algun tipo de pergamino con letras, sin desverar mucho mas, que yo no tengo el libro pero viendo por donde van los tiros no puede ser otra cosa. Me gusta este tipo de enciclopedias, es como volverse a sumergirse otra vez en el mundo Harry Potter. Besos
¡Hola, María! Puede ser, puede ser… o tal vez sean grajeas de muchos sabores… ¿quién sabe? Para los fans de la saga, tener un pedacito de Hogwarst en nuestras manos siempre es una alegría, así que con este tipo de enciclopedias podemos viajar allí cuando nos apetezca.