Reseña de cómic “El gran libro de los perros”, de Miguel Gallardo y Karin du Croo
Que el mundo sería peor si no hubiera perros es un hecho. (Que sería mejor sin gatos, es una obviedad).
Siempre se ha dicho eso de que no hay que juzgar un libro por su portada. Y es verdad. No hay que hacerlo (aunque la portada del libro de hoy es de las que un jurado popular salvaría sin ninguna duda sin escuchar a ninguna de las partes).
Pero a veces tampoco hay que juzgarlo por el nombre, porque te la pueden meter doblada, como me la han metido a mí aquí. Porque uno espera otra cosa de un libro titulado El gran libro de los perros. Uno espera, no sé, lo que espera… Una biblia perruna, una enciclopedia canina, un manual de los perros así, en general, desde que nacen hasta que mueren. Algo que recoja el saber universal que la humanidad ha reunido sobre los canes. Pero uno no espera encontrar lo que encuentra aquí, que no es sino la historia de la adopción de Cala, una mezcla de terrier y no se sabe qué más, que fue abandonada en mitad de la sierra del Segura.
El recientemente fallecido Miguel Gallardo y su compañera Karin nos cuentan en este cómic cómo fue el proceso de adopción que siguieron y la posterior adaptación de su nuevo miembro familiar. Nos cuentan cómo al principio Miguel no quería perro y Karin sí. La guerra que dio Karin, como los niños, siguiendo la táctica del aburrimiento, hasta que tuvieron que cuidar al perro de la madre de Miguel. Al tener que devolvérsela a su legítima dueña Miguel quiso entonces tener un perro… pero ahora era Karin la que no quería. Al final, lógicamente acabaron… rellenando el formulario de adopción.
¿Sabéis los papeleos que conllevan las adopciones de animales? ¿El enorme listado de preguntas que hay que contestar? Cosas como: ¿cuántos metros tiene tu vivienda? ¿Es propia o de alquiler? ¿Hay algún vecino especialmente en contra de que haya animales en el edificio? ¿Tienes hijos y, de tenerlos, son pacíficos? ¿Cuánto tiempo pasará el animal solo? ¿Cuánto es lo máximo que pagarás si la mascota necesita unos gastos más elevados de veterinario? ¿Qué haces en vacaciones?… Y muchas más.
Mientras Cala estaba en una casa de acogida Miguel y Karin la sacaban a pasear cada día y algunos días se quedaba a pasar la noche, hasta que un día se quedó con ellos para siempre.
Y entonces tocaba la adaptación. Porque Cala era una perra sevillana, con acento y todo, que no había conocido la ciudad y todo era nuevo, misterioso y ruidoso para ella.
A partir de aquí el cómic se abre al mundo perruno en general y va intercalando los distintos arsenales de juguetes, arneses, dispensadores de bolsas recoge mierdas, collares, bebederos portátiles, huesos, camas,… con el día a día de Cala: sacarla por el parque, charlar con la patrulla canina de fieles con los que siempre te encuentras y acabas hablando y hasta formando un grupo de whatsapp…
Y sobre todo te dejan claro que un perro es alguien de la familia que te condiciona mucho. Que aunque Cala sea su reina y ellos sus súbditos cualquier salida (al cine, a cenar,…) te limita mucho los movimientos y que no puedes dejarla sola en casa mucho tiempo.
El gran libro de los perros, que debería llamarse El gran libro de Cala, destila amor por estos animales, y cuenta con humor todo esto y mucho más (que no es cuestión de contarlo todo) con un grafismo claro, detallado y expresivo. Todo un homenaje a Cala que gustará a los que convivan o hayan convivido con perros.