Reseña del libro “El hombre de la bata roja”, de Julian Barnes
Desde que leí por primera vez a Julian Barnes, gracias a la novela La única historia, no he parado de leer sus historias. Su prosa tan trabajada, profunda e íntima me tiene totalmente enamorada y, por ahora, no ha habido libro suyo que no me haya decepcionado. Por eso, cuando vi que Anagrama iba a publicar su última novedad, no me lo pensé dos veces. Tenía muchísimas ganas de volver a leerlo.
Y lo que me he encontrado ha sido muy diferente de las novelas que he leído, pero no por ello menos interesante. En El hombre de la bata roja, obra de no ficción, Barnes nos presenta a tres personajes no tan distintos como parecen en un principio: el príncipe Edmond de Polignac, el conde Robert de Montesquieu-Fézensac y el doctor Samuel Jean Pozzi (personaje real que existió entre los siglos XIX y XX). Y no solo nos revela gran parte de sus vidas, sino que nos va relatando el contexto social, político, artístico y literario en el que estos se movían. De esta forma, a lo largo del libro, consigue conectar sus logros, aspiraciones, preocupaciones e historias con las de personajes reales de la época del ámbito de la cultura, la política y la sociedad inglesas.
Y, en este caso, es lo que personalmente me ha enganchado de esta historia, ya que necesitas saber más a medida que avanzas con la lectura. Porque va revelando detalles de la vida y la obra de Gustave Flaubert, Henry James, Marcel Proust, Oscar Wilde o George Sand, así como sus relaciones con otros coetáneos que personalmente desconocía. A su vez, en cada una de las páginas se percibe la gran labor de investigación por parte del autor, que introduce anécdotas y subtramas de estos personajes reales que os comentaba, además de cartas reales y aspectos personales de sí mismo en el proceso de escritura del libro. Se nota que disfrutó mucho de ello porque su prosa deja entrever el entusiasmo con que relata cada una las tramas.
Respecto a los múltiples temas que trata, me gustó sobre todo encontrar referencias a las grandes diferencias y la rivalidad entre los ingleses y los franceses, la facilidad en la que se producían los duelos, las consecuencias del dandismo y las ideas generales que existían sobre la belleza, la mujer o la homosexualidad. Y las citas, las cartas y las distintas situaciones reales que incluye muestran tanto la importancia de la vida intelectual en aquellos años como del matrimonio, algo que, a pesar de la visión romántica que caracterizó a muchos de sus autores, no tenía por qué ir unido al amor sino al ascenso en la clase social.
De la edición, quiero destacar algo que me ha gustado mucho y es que han incluido fotografías y cuadros de muchos de los personajes que menciona. Merece la pena leer la versión física ya solo por esto porque creo que es un punto positivo a medida que vas leyendo y te has sumergido por completo en la lectura. Porque creo que este es uno de los objetivos de Barnes con este libro (o, al menos lo ha conseguido conmigo).
Leo pocos libros de no ficción al año y tengo que decir que, con los que elijo, suelo acertar. Este ha sido un acierto porque he conocido bastantes aspectos que desconocía de la Belle Époque y la influencia del inicio del modernismo en la vida social, cultural y política en aquellos años. Los nacionalismos, el individualismo, los affairs amorosos, el clasismo o el excesivo afán por el conocimiento que, entre otras cosas, marcaron aquella época, están presentes en esta obra. Y creo le que gustará a cualquier persona que tenga curiosidad por cualquiera de ellos. No solo por la gran cantidad de detalles que introduce Barnes, que hacen que incluso viajes en el tiempo a aquellas décadas, sino también por su forma de escribir: clara, concisa, profunda y elegante, solo descriptiva cuando tiene que serlo. Ha sido una delicia leer este libro.
“Su prosa tan trabajada, profunda e íntima me tiene totalmente enamorada y, por ahora, no ha habido libro suyo que no me haya decepcionado”.
¿No ha habido alguno que NO te haya decepcionado?
Menudo inicio de reseña, pobre Julian Barnes…
Absolutamente de acuerdo con tu opinión.
En mi caso, y seguro que en el de muchos, NO ha habido libro de Barnes que no haya querido releer para disfrutar otra vez de su maestría